El manifestante del 11 de julio en Cárdenas, Matanzas, Samuel Pupo Martínez, fue liberado este lunes de la cárcel de Agüica tras la extinción de la sanción en su contra.
“Ya estoy en libertad por cumplimiento, porque a mí me echaron tres años de prisión. Yo no les debo nada a ellos, dijo a Martí Noticias el exprisionero político apenas una hora después de llegar a su hogar.
Pupo Martínez lamentó que, como él, tantos cubanos hayan tenido que ir a prisión por expresar sus ideas.
"Tengo muchos hermanos que han tenido que sufrir condenas desproporcionadas por algo injustificado, injusto. Fue como un escarmiento para que las personas se aguanten un poco, para que se contengan los ánimos. Desde que triunfó la revolución de los Castro, nunca había pasado algo así, y yo, orgulloso de haber estado ahí”, manifestó.
“Pero la gente está saliendo a reclamar su derecho. Ya es hora de que el pueblo cubano se dé cuenta de que lo tienen pisoteado, que los derechos de nosotros tenemos que defenderlos nosotros mismos”, señaló, en referencia a las protestas populares que se sucedieron en la isla después del 11J, en los años 2022, 2023 y 2024.
Pupo Martínez, licenciado en matemáticas y computación, trabajaba por cuenta propia cuando se desataron las protestas del 11J y su imagen encaramado en un auto volcado gritando «¡Abajo el comunismo! y ¡Patria y Vida! dio la vuelta al mundo.
Los partidarios del régimen respondieron a "la orden de combate" de Miguel Díaz-Canel y casi dos millares de personas fueron detenidas en las manifestaciones de ese día, de las cuales más de mil resultaron condenadas a penas de cárcel.
El manifestante, ahora de 49 años, fue sancionado a 7 de privación de libertad bajo los presuntos delitos de desacato y desorden público. En el proceso de apelación, le fue rebajada la pena a 3 años de prisión.
“Ninguno debió haber estado preso porque nosotros simplemente salimos a reclamar nuestros derechos. Salimos a expresar nuestro descontento con la forma en que han guiado este país de tantos años”, indicó el exprisionero político.
A inicios de febrero, el cardenal Beniamino Stella expresó a las autoridades cubanas el deseo del papa Francisco de que los presos políticos regresaran a sus casas. Pero hasta el momento no se ha hecho pública ninguna gestión encaminada a ese fin.
En el penal, “los presos todos eran solidarios, compartían nuestras ideas a pesar de que estaban por otros delitos. Fue una experiencia inolvidable. Sufrí mucho por mi familia que estaba fuera, mi esposa, con la enfermedad mía, pero también conocí muchas personas buenas”, recordó Pupo Martínez.
Su esposa, Yuneisy Santana, se convirtió en una de las voces más conocidas en la defensa de los manifestantes detenidos por participar en las protestas.
Entre sus compañeros de causa, Pupo Martínez mencionó a Félix Navarro, Francisco Rangel, Leylandis Puentes.
“No podría mencionarlos a todos. Aprendí mucho de ellos, pero aprendí también de esos presos que no estaban por el día 11, y que nos dieron su apoyo siempre. Hubo algunos que eran diferentes porque son aliados al régimen para poder tener su comida, sus mejoras, pero la mayoría de los presos piensan igual que nosotros”, subrayó.
La salida de la cárcel, afirmó, es solo un paso.
“Seguiré luchando porque mi Cuba sea realmente libre, porque salí de la prisión chiquita y entré a la grande. No me siento en libertad”.
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