El New York Times, que a lo largo de las últimas semanas publicó una serie de editoriales promoviendo el entendimiento entre Estados Unidos y Cuba, no duda en calificar de decepcionantes los acontecimientos vividos ayer en La Habana en un nuevo texto que titula "Cuba Turns Off Critics' Open Mic" ("Cuba apaga las críticas a micrófono abierto").
Varios activistas, incluida la artista plástica Tania Bruguera, fueron detenidos o no pudieron salir de sus casas por la presencia policial cuando pretendían dirigirse al performance que ésta organizaba en la Plaza de la Revolución promovida en redes sociales bajo el lema #YoTambiénExijo.
El editorial –en esta ocasión sólo en inglés y no en español como el resto de los publicados– califica la iniciativa de Bruguera como la primera prueba a la que se enfrentaba el Gobierno de Raúl Castro después del anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Era, a juicio del comité editorial que firma el texto, la oportunidad de Cuba para mostrarse "más tolerante con las voces críticas".
Señala que "decepcionantemente, pero no sorprendentemente, el Gobierno prohibió a los críticos más prominentes, incluyendo a la Sra. Bruguera, llegar a la plaza. Algunos fueron detenidos y a otros se les impidió salir de sus casas. Al final, no se llevó a cabo la actuación".
Sobre todo cuando –señala– "las autoridades de Cuba la permitieron viajar a la isla (ella reside fuera de la isla) a pesar de que había publicitado su proyecto con mucha antelación". Recuerda que una vez en Cuba "los funcionarios del Consejo de las Artes la citaron para una reunión y le hicieron saber que su plan era inaceptable", ante lo cual la instaron a cambiarlo de ubicación por un lugar de ámbito cultural ya que "el único interés era provocar".
De este modo, según el New York Times, "sofocando voces críticas, el Gobierno cubano está mostrando su falta de voluntad para tolerar libertades básicas que la mayoría de los ciudadanos del hemisferio disfrutan. Este movimiento, por desgracia, amplificará las críticas de quienes se oponían al cambio histórico de Obama sobre la política hacia Cuba".
Concluye haciendo una valoración política de lo sucedido al afirmar que "las tácticas de mano dura del Gobierno de Castro darán munición el próximo año a los republicanos, que asumirán el control de las dos cámaras del Congreso, para obstaculizar los pasos de la Administración Obama dirigidos a aliviar el embargo". A juicio del New York Times, "ese resultado sería una pena y, a la larga, contraproducente para La Habana".