La esperanza de los cubanos de a pie de celebrar el fin de año con la tradicional cena a base de carne de cerdo o, incluso, un sustituto menos apreciado como el pollo, es casi nula, revelan residentes de una de las zonas más pobres de Guantánamo, en la región oriental de la isla.
Una “madre sola”, que comparte vivienda con otras cinco familias, afirma que “el presupuesto es muy bajo y todo está muy caro”, aludiendo a los altos precios de la libra de carne de cerdo, que oscila entre 160 y 170 pesos. Algunos dicen que podría alcanzar los 300 CUP para el fin de año.
Los “más afortunados" podrán acceder a “una caja de pollo para tres núcleos familiares", y la mayoría de los entrevistados por el periodista Anderlay Guerra Blanco confiesan que el acceso a un pedazo de pollo también se les dificulta.
Sólo quienes han tenido la posibilidad de criar cerdos o aves de corral con sus propios recursos, a veces en el interior de su propia vivienda, podrán cumplir con una de las más viejas tradiciones del mundo, y una de las festividades más apreciadas por los cubanos.
Otros confiesan que crían cerdos a fuerza de sacrificios, pero no todos los pueden dedicar al consumo propio, porque necesitan vender sus carnes como producto para cubrir otras necesidades.
En el caso de Ricardo Kaching, el joven ha estado criando su cena del 31 de diciembre durante bastante tiempo, porque su economía no da para adquirir un cerdo a los precios actuales.
"Uno no puede comprar un cerdo tan caro para comérselo en fin de año; si algo hacemos un pollo, que la libra de pollo también esta cara, y también lo he cirado en la casa, todo lo que tengo para fin de año me he pasado un buen tiempo criándolo ahí, poco a poco, luchando”, confesó.
Cuando “aparece” el pollo, dice Gertrudis Lobaina, una de las entrevistadas, “el pedacito que me dan es el planificado. Yo lo dedico (…) principalmente a la alimentación de mi mamá”.
Este año, "no han ofertado nada en el Cupet, que siempre nos dan un paquete de pollo, no han dado nada", señala, por su parte, Lidia Pol Rodríguez.
“No, no te puedo decir que voy a hacer algo. Yo, por lo menos, no tengo puerco ni nada”, concluyó otra residente de Guantánamo.
(Con reporte de Anderlay Guerra Blanco para Radio Televisión Martí)