El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) registró 661 protestas ocurridas en la isla durante el mes de febrero, un 5.3 % por encima de las ocurridas durante enero (626).
Según el más reciente informe de la organización, La Habana fue la provincia con mayor índice de protestas, con 257, seguida por Holguín 53, Matanzas 41, Guantánamo 38, Villa Clara 32, Camagüey 24, Santiago de Cuba 21 y Pinar del Río 20.
Las 157 acciones represivas denunciadas, superaron en 24 las 133 recogidas en enero lo que representa una “clara ofensiva de represalias” e indica “que el gobierno percibe que el malestar de la población por penurias sin alivio y en todos los órdenes, se acerca de nuevo a una masa crítica, como la que precedió el levantamiento nacional del 11 de julio de 2021”.
En lo que el Observatorio llama “represión de calle” se utilizaron “intimidaciones, amenazas y procesos judiciales a manifestantes, activistas, periodistas independientes y críticos en las redes sociales; presiones para que abandonen el país; y asedios para impedirles salir de sus casas”.
En las cárceles, “continuó el desgaste físico y sicológico contra los presos políticos por medio de golpizas, celdas de castigo, negación de medicamentos, mala alimentación y escasez de agua, uso de sicarios, y suspensión o negativa de derechos llamados por el régimen beneficios”.
A pesar de que durante febrero el régimen cubano decidió retrasar el llamado “Paquetazo”, consistente en un significativo aumento de los precios en áreas vitales para la sobrevivencia y destituyó a dos de los ministros de áreas sensibles a la población, "las cosas no mejoraron en la clasificación Alimentación, Inflación, Agricultura".
Estas categorías sumaron 126 protestas, explica el documento.
La elevada subida del dólar y los precios en productos de primera necesidad en comparación con el salario mínimo de los cubanos, junto a la precaria distribución de la canasta básica, crean un panorama de tensión nacional a lo que se suma la creciente ola de crímenes.
“La alarma de la ciudadanía ante la inusitada convivencia con el crimen parece haber obligado a las autoridades a ejercer presión sobre la policía para que entregue resultados de sus investigaciones, así como a reconocer tácitamente el problema, si bien desviando la culpa hacia EE.UU. y la crisis global”, denunciaron.
Foro