Cuba está enviando un número significativo de soldados a Rusia para luchar en su guerra contra Ucrania. La información sobre la intervención de Cuba ha surgido de múltiples fuentes, en particular de “hacktivistas” ucranianos que entregaron información de inteligencia obtenida del funcionario responsable del personal militar contratado en la ciudad rusa de Tula, el mayor Anton Valentinovich Perevozchikov, a InformNapalm. Esto proporciona detalles completos sobre 198 cubanos y un colombiano desplegados a través de Tula para el servicio militar ruso contra Ucrania.
Estos 198 cubanos llegaron a Rusia a través del aeropuerto Sheremetyevo de Moscú durante julio y agosto de este año, en grupos de 10 a 30 personas. En la mayoría de los casos se les expidieron pasaportes cubanos en La Habana justo antes de su viaje a Rusia. La mayoría llegó en aviones de Aeroflot a través de una nueva ruta directa entre Varadero en Cuba y Moscú iniciada por los regímenes cubano y ruso en julio de 2023. La gran mayoría de los 198 están en edad militar. Es posible que los pocos reclutas de más edad estén allí debido a su conocimiento de los antiguos sistemas de armas soviéticos que actualmente se están desplegando contra Ucrania.
Al menos cinco de los cubanos identificados en el ataque entraron al país a través de Bielorrusia el 1 de julio. En mayo, según informes oficiales bielorrusos, Cuba y Bielorrusia firmaron acuerdos formales “sobre el entrenamiento de personal militar cubano en la República de Bielorrusia” y la “promoción de la cooperación militar entre los dos países”. Esto parece ser una tapadera para el ingreso de militares cubanos a Rusia para participar en la guerra contra Ucrania.
Como afirmó InformNapalm, "es poco probable que Tula sea la única ciudad rusa donde esté sucediendo lo que se revela en la investigación". De hecho, hay abundante evidencia procedente de otras fuentes de que muchos más cubanos han sido alistados en otros lugares. En mayo, un periódico local de Riazán informó sobre varios cubanos inscritos allí. ‘Hoy, desde el punto de selección para el servicio militar bajo contrato, varios ciudadanos de la República de Cuba partieron a servir en el ejército ruso. Según ellos, los cubanos quieren ayudar a nuestro país a cumplir tareas en la zona de una operación militar especial”, señala el periódico.
Hay evidencia del propio hackeo de que otros cubanos están sirviendo en otros lugares. Por ejemplo, la correspondencia de los 198 cubanos inscritos en Tula se refiere a otro cubano que fue a Rusia a luchar, Pavel Marquito. No es uno de los 198 de Tula y debe haber sido procesado en otro lugar. Tampoco forman parte del grupo de Tula dos cubanos de 19 años que se quejaron en mensajes de vídeo enviados desde Rusia de no haber entendido que los enviaban a luchar.
Una ONG cubana de derechos humanos, la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, está siguiendo 746 casos (incluidos los 198) y ha hablado con 36 de las familias cubanas involucradas y cinco de los soldados en Rusia. Los cubanos entrevistados en Rusia han hablado de la llegada de aviones cargados de soldados.
Teniendo en cuenta lo anterior y que los hackers sólo filtraron información de un centro de procesamiento regional y las llegadas de julio y agosto, es razonable suponer que muchos miles de cubanos probablemente estén sirviendo ahora en el ejército ruso.
El régimen cubano ha emitido declaraciones contradictorias sobre el grupo mercenario cubano en Rusia. Su reacción inmediata a las revelaciones de InformNapalm fue afirmar que el régimen era víctima de una red secreta de tráfico humano y que 17 personas habían sido arrestadas. Esta salida asemeja la respuesta del régimen en 1989, cuando estaban claramente implicados en el narcotráfico.
Todo esto es totalmente inverosímil. Como comentó InformNaplam, “existe una probabilidad muy baja de que las autoridades cubanas no hayan notado el flujo de personas que de repente reciben por primera vez en sus vidas pasaportes, que se expiden únicamente en la capital de Cuba. Al igual que las visitas de Patrushev y Lavrov a Cuba, así como el entrenamiento de los cubanos en Bielorrusia, todos estos acontecimientos son parte del mismo rompecabezas”.
La negación oficial del régimen fue matizada más tarde por Julio Antonio Garmendía Peña, embajador cubano en Moscú, quien dijo a la agencia de noticias rusa RIA Novosti: "No tenemos nada en contra de los cubanos que sólo quieren firmar un contrato y participar legalmente en esta operación con el Ejército ruso.'
Como Estado totalitario que controla y espía todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos, la idea de que cientos de cubanos puedan escabullirse para luchar por Rusia sin que se sepa es una evidente tontería. Hay, en cualquier caso, dos largos procesos mediante los cuales el régimen autoriza la salida de Cuba. El primero implica la eliminación de algunas personas de la base de datos controlada de personas especificadas por ley como no elegibles para salir. El segundo implica una serie de controles realizados por la policía y el Ministerio del Interior antes de la emisión formal de un pasaporte por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Está claro que los cubanos que van a luchar por Rusia son demasiado pobres para pagar sus propios billetes de avión. Estos debieron ser comprados por la operación conjunta entre Cuba y Rusia que los identificó y reclutó. Una peculiaridad reveladora es el proceso de tramitación de los pasaportes de los cubanos que van a Rusia, según múltiples testimonios. Las autoridades cubanas no sellan sus pasaportes a la salida, contrariamente al procedimiento normal. Los reclutados en Cuba son acompañados por un representante de las fuerzas armadas hasta el aeropuerto de Varadero, donde se aseguran de que hayan firmado una versión en español de su contrato. A su llegada a Moscú son recibidos por un funcionario cubano y ruso y escoltados hasta su punto de despliegue. Reciben tarjetas de entrada y luego el coordinador cubano confisca sus pasaportes.
Los cubanos pobres enviados a Rusia como carne de cañón son de hecho víctimas de la trata de personas y merecen algo mejor. El verdadero villano es el régimen cubano que organizó el plan.
El presidente cubano Díaz-Canel afirmó “el apoyo incondicional de Cuba a Rusia” durante su visita a Moscú en noviembre de 2022. Putin necesita tropas. Cuba las está supliendo. Pero debería soportar las consecuencias de sus acciones.
Olexandr Merezhko, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento ucraniano, ha pedido a los estados democráticos que rompan relaciones con Cuba. Treinta parlamentarios ucranianos han instado a la comunidad internacional, a la Unión Europea y al Club de París a adoptar "todas las medidas de respuesta posibles, destinadas a poner fin a la cooperación económica con el régimen de La Habana, en particular, a la financiación realizada por las instituciones europeas".
“Cuando la Federación Rusa caiga, también lo harán sus satélites. Hoy Ucrania lucha no sólo por su propia libertad, y no sólo por la libertad europea, sino también por la libertad de los pueblos de Asia, África y América Latina esclavizados por regímenes pro Moscú”, concluye su declaración.
Pero, ¿Occidente los respaldará y tomará medidas contra Cuba?
[Este artículo fue publicado originalmente por Capx y fue reproducido en Martí Noticias con autorización de su autor Peter Young]
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