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Otero Alcántara envía un mensaje desde prisión: está bien, está listo y convencido de que el muro caerá


Foto Archivo. Claudia Genlui junto a Otero Alcántara. Tomado de Instagram @claudiagenlui
Foto Archivo. Claudia Genlui junto a Otero Alcántara. Tomado de Instagram @claudiagenlui

La curadora y activista Claudia Genlui publicó un relato de la primera visita que pudo hacerle en prisión al artista y activista Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro (MSI), encarcelado desde el 11 de julio.

"Me dijo algo importante. Él quiere que todo el mundo sepa que está bien, pero que también está listo…", aseguró la activista en un texto publicado en la revista El Estornudo.

El fundador del Movimiento San Isidro está acusado de desacato agravado, instigación a delinquir y desorden público.

Durante su reclusión, Otero Alcántara, reconocido como preso de conciencia por Amnistía Internacional, ha estado enfermo de coronavirus, ha sido incomunicado y ha estado en huelga de hambre durante dos semanas para exigir la liberación de los presos políticos. ​

"La Prisión de Máxima Seguridad de Guanajay no es un centro penitenciario común. Hay personas condenadas hasta 30 años. No todos allí son asesinos. Hay muchos por cuestiones políticas", escribió Genlui, quien fue obligada a desnudarse antes de poder ver a su pareja.

Así describió su primer encuentro: "Apenas podía dejar de temblar. Sentí su voz. La voz de Luis es una de las cosas que más fuerza ejercen sobre mí. Amo, entre otras cosas, escucharlo. Miré a la izquierda. Ahí estaba: «Amor mío», me dijo. En su piel estaba escrito: «Claudia te amo»; según él, era un tatuaje para mí. Nos abrazamos muy fuerte".

"Hablamos mucho. Después llegó su hermana. Se abrazaron. Hay tanto que decir cuando es tan poco el tiempo. Había cosas puntuales que hablar. Fuimos precisos: los próximos pasos, las decisiones que debemos tomar, lo fuerte que debo ser. Recuerdo que me dijo: «Los tanques son tanques. Tú eres mi tanque». Yo lo besaba… Por un instante, respirábamos… y de nuevo a la carga. No podría almorzar con nosotras. Debía hacerlo solo. Según Luis, aquello era un VIP pues permitieron que nos abrazáramos. A los presos en ese lugar no les permiten intimidad, contacto físico con sus familiares", relató.

La activista también publicó una carta que le escribió Otero Alcántara desde la cárcel donde reconoce "la difícil situación a la que se ve sometido" su cuerpo y su mente en esa prisión.

"La prisión es un infierno, es lo peor por tenerme separado de las personas que amo y entre esas personas que amo tú ocupas un lugar tatuado en mi vida, tatuaje imborrable. Cuando un poder te impide lo más mínimo, que te exige la nostalgia para que tu cuerpo se sienta bien y cuando el poder superior te impide compartir una risa, una bronca o una flor a la hora que quieres por el tiempo indefinido que te exige el amor, cobran sentido dos cosas: 1ro. Los detalles mágicos que vivimos y que por tenerlos a diario a veces subestimamos, como secarme con tu toalla o verte dormir, darte un beso, o la comida que debí cocinarte hace mucho. Lo 2do es que entiendes el espacio prisión, que es ese poder que tiene alguien de limitarte de esos momentos sencillos, como terminar de llorar a mi madre y padre a tu lado y hacerme el duro y ante tu preocupación decirte que esas lágrimas son de amor, de amor a mi familia, a ti como parte de ella, amor al arte, a Cuba, a mis amigos, amor al cubano y al humano. Espero que ese muro que me impide hoy darte este beso que tanto mi boca ansía, espero que ese muro se borre pronto, para siempre; de lo contrario, si las fuerzas no me alcanzaran para darte ese beso a la caída del muro (que te juro que caerá), si no estoy ese día aquí, te regalo otra puerta. No pierdas la fe", escribió Otero Alcántara.

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