La situación de varios peloteros cubanos que abandonaron la isla con la intención de jugar en las Grandes Ligas estadounidenses, dejando atrás a sus familiares y recuerdos es difícil y quizás nunca lograrán su objetivo, señala el columnista del New York Daily News, John Harper.
"Hay muchos jugadores cubanos que están en el limbo. De lo que me han dicho, hay tantos como 375 a 400 peloteros que salieron de Cuba y están en Haití o en la República Dominicana (para establecer la residencia como agentes libres), esperando que los agentes hagan tratos. Y muchos de ellos no lo harán. Esa es la parte realmente triste", dijo el abogado Paul Minoff.
Minoff, quien trabaja para la firma Gray/Robinson Law, en Fort Lauderdale, Florida, representa al pelotero Leonys Martín en el juicio federal contra el agente de peloteros Bart Hernández, acusado en febrero pasado de tráfico humano.
El abogado dijo a Harper que, "hay muchas cosas que el público desconoce sobre los peloteros que intentan salir de Cuba. Hay una red de personas (traficantes) por ahí, cuyo objetivo son los jugadores, a quienes someten a la tortura mental hasta que consiguen su dinero".
Según Martín, a él lo tuvieron como rehén en México durante varias semanas mientras los miembros de la familia que lo acompañaban fueron enviados a Miami (EEUU), y los agentes negociaron con los equipos de las Grandes Ligas. Dijo que firmó un acuerdo "bajo temor extremo" para pagar a los agentes 1.5 millones de dólares como parte de su acuerdo.
"Estas no son buenas personas'', dijo Minoff, refiriéndose a los contrabandistas. "Ellos son hombres armados que te asesinan si no consiguen lo que quieren. Leonys y su familia no recibieron daños físicos, pero fueron torturados mentalmente de forma severa".
En el documental de MLB Network "Cuba: Island of Baseball", el expelotero cubano Tony Oliva, cuenta que él quería que nunca finalizara la temporada de Grandes Ligas, porque entonces se sentía triste cuando pensaba que su familia estaba en la isla y no podía compartir con ella.
"Por muchos años me gustaba que la temporada de béisbol fuera todo el año, que no parara. Cuando se terminaba la temporada de pelota y me iba para la casa, entonces era muy triste, porque toda mi familia estaba en Cuba y no sabía cuándo podía verla", dijo.
De igual forma se manifestó el exlanzador cubano Luis Tiant (Marianao, 1940), quien jugó en las mayores desde 1964 hasta 1982).
Tiant dijo que después de la temporada todos los peloteros latinos se sentían felices y decían que iban a regresar a sus países por Navidades y te invitaban a compartir esta fecha.
"Pero de pronto te venía a la mente tu mamá, tu papá y te preguntabas si ellos habían podido comer. Entonces salía afuera y comenzaba a llorar. No era feliz, porque no podía regresar a mi país, aunque quisiera", señaló.
No importa cual generación hayas vivido ni cuánto dinero te pague MLB, comenzar en un nuevo país requiere un esfuerzo casi sobrehumano… indica el documental.
Yasmany Tomás (La Habana, 1990), jardinero izquierdo de los Diamonds Backs, señaló que cuando firmas un contrato sabes que "te cambia la vida por completo". Sin embargo, agregó que eso "no fue nada para mí emocionante".
"El primer día llegué a la casa y me acosté a dormir como si no hubiera pasado nada, y dos amigos que vivían conmigo me preguntaron : 'Bueno, ¿tú no estás contento?' y yo les dije que estaba "firmando un contrato millonario, pero no tengo al lado a mi familia, no tengo a nadie con quien compartir la alegría que estoy sintiendo ahora (…) pienso que uno puede tener todo el dinero del mundo, pero si no tiene la felicidad pienso que no es nada", dijo.
Actualmente, varios peloteros dentro de la isla sueñan con que un día podrán abandonar libremente su patria, jugar en las Grandes Ligas y regresar al lugar que los vio nacer sin ser castigados por el Gobierno cubano.
El New York Daily News señala que aunque el documental "Cuba: Island of Baseball", no menciona la advertencia del presidente electo de EEUU, Donald Trump, de revertir las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, una posibilidad que crea dudas sobre el futuro de las negociaciones de Grandes Ligas con el gobierno cubano.