Un periodista independiente y una opositora detenidos el 11 de julio en Güira de Melena, Artemisa, procesados por sabotaje por la Fiscalía Militar Provincial, continúan en un limbo jurídico, en prisión preventiva y acusados de otros delitos, dijeron familiares a Radio Televisión Martí.
La acusación de sabotaje se sustenta en su supuesta participación en la vandalización de la tienda en Moneda Libremente Convertible (MLC), La imprenta, ubicada en esa localidad artemiseña. Ambos activistas se han declarado inocentes.
Se trata del comunicador Jorge Bello Domínguez, miembro de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, quien lleva más de siete meses en la prisión de Valle Grande, y que está acusado también de los presuntos delitos de robo con fuerza, desacato y desordenes públicos. Su abogado no ha tenido acceso al expediente, cuenta su madre, Martha Domínguez.
“Está injustamente preso, porque ellos no tienen base para acusar a Jorge, que lo único que hizo fue participar en la marcha. Las autoridades no te dicen nada, el abogado tampoco sabe nada, porque no ha sido citado”, explicó la mujer.
Dijo, además, que la activista Lizandra Góngora se encuentra en la misma situación de Bello Domínguez, “ambos acusados por lo militar”.
Explicó que “el fiscal Chaveco, cuando le presentó las acusaciones a Jorge, mi hijo se negó a firmar, porque todo era mentira, y lleva siete meses ya preso, y todavía no hay petición fiscal ni fecha de juicio. Tampoco el abogado puede ir, ni presentar algún recurso, además de sentarse con él para preparar su defensa el día de la vista oral, y continúa allí injustamente encarcelado”.
Mientras, Góngora, de 35 años de edad y madre de cinco menores, lleva ya ocho meses en la prisión de mujeres del Guatao, en la Lisa. Según denuncian familiares, el fiscal militar Chaveco la ha presionado en varias oportunidades para que acepte el delito de sabotaje, pero Góngora se niega.
Sobre la activista pesan también otros cargos, dijo su esposo, Ángel Delgado, quien la visitó el pasado jueves en prisión.
“Ahora, después de cuatro meses, le salió el delito de atentado, sumado al de sabotaje y desordenes públicos, y todavía no ha bajado la petición fiscal. Ese mismo oficial que la está acusando de atentado, un tal Pupo, de aquí de Güira de Melena, fue uno de los policías que fue a la casa para decirme que yo tenía que acusar a Lizandra por abandono de sus hijos, y yo le dije que no tenía que acusarla, porque sus niños estaban con su padre”, señaló Delgado.
Góngora es la única mujer detenida el 11 de julio acusada de sabotaje, subraya su esposo.
“Y toca la coincidencia que ella es opositora. ¿No dicen que no hay presos políticos aquí en Cuba? Entonces, ¿Lizandra qué cosa es?”, cuestionó Delgado.