Decenas de fieles cubanos apelaron al Cardenal Juan de la Caridad García, arzobispo de La Habana y a la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba para que el clero cubano interceda y sea finalmente distribuida la ayuda humanitaria retenida en el puerto del Mariel desde el 11 de agosto.
"Solicitamos a la Iglesia Católica, de la que somos parte, que se pronuncie acerca de este tema. Y que ponga el acento en la cuestión humana y en la solidaridad entre cubanos que, por razones múltiples y siempre dolorosas, están hoy separados. Que la distancia física no se ahonde con otras distancias espirituales o emocionales. Cuba es una sola y muchos de los que se han ido la sienten también como suya", indican las cartas entregadas el viernes 4 de septiembre en la sede del arzobispado en La Habana.
La ayuda humanitaria fue recolectada y enviada a Cuba desde Miami por la iniciativa Solidaridad entre Hermanos, pero las autoridades cubanas se niegan a distribuirla y el Consejo de Iglesias de Cuba, que agrupa a iglesias cristianas, descalificó el envío y dijo que se trata de una "nueva y ofensiva campaña de la plataforma CubaDecide y su líder Rosa María Payá".
"Hay que reaccionar, no puede ser que esos contenedores estén allí y la gente los necesite. Hay que hacer algo. Aun cuando la Iglesia no pueda jurídicamente asumir la tarea de repartir esos abastecimientos, hay que hacer alguna gestión, porque la gente está mal", dio a Radio Televisión Martí el escritor camagüeyano Rafael Almanza.
Los 70 fieles que buscan un pronunciamiento de la Iglesia Católica aseguran que conocen "que la ayuda llega nombre de pequeñas iglesias de denominación cristiana, que tienen sus papeles como receptoras en regla, por lo que legalmente no hay razón para que las autoridades se nieguen a entregarla. Al menos 15,000 familias se beneficiarían con esa ayuda".
"No es posible que, como católicos, tengamos una actitud displicente con el asunto, más preocupados por la ley, por los intereses políticos, que por la caridad", recalcó Almanza.
La opositora Rosa María Payá, una de las principales promotoras de la iniciativa se sumó al pedido de los 70 católicos cubanos.
"Hago mías sus palabras", escribió en Twitter.
"Más del 60 % de los firmantes son jóvenes, la mayor parte residentes en las diócesis de La Habana, Camagüey y Santa Clara. También suscribieron el documento algunos laicos con responsabilidades en las estructuras eclesiales, así como es el caso de Almanza –Premio Nacional de Literatura Independiente Gastón Baquero-, el expreso político de la Primavera Negra Iván Hernández, la dama de blanco Asunción Carrillo, y el joven académico Jorge Ignacio Guillén –miembro del Centro de Pensamiento Convivencia", precisa La Hora de Cuba.
La curadora de arte y profesora Anamely Ramos, quien formó parte del equipo de personas que redactó la carta, dijo a Radio Televisión Martí que esta no constituye un emplazamiento, sino "una petición a la Iglesia de que acompañe al pueblo de Dios, que arroje luz sobre este tema, que la jerarquía eclesiástica no permanezca callada ante los problemas terribles que tenemos en el país".
Ramos añadió que la retención de la ayuda humanitaria por parte del gobierno es solo uno de los tantos problemas que vive el país, inmerso en una crisis sanitaria y abastecimiento que ha recrudecido la escasez de alimentos, medicamentos y otros productos básicos en la población.