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¿Por qué los bancos estadounidenses aún no han entrado en Cuba?


El diario "The Guardian" analiza por qué el sector financiero todavía no se ha lanzado a la conquista de Cuba igual que otras empresas norteamericanas como Airbnb o Netflix.

La confianza de los bancos estadounidenses para iniciar operaciones en Cuba aún es débil. Y muchos de ellos temen no ser rentables a corto plazo en el caso de que se lanzaran a ofrecer sus servicios en la isla. Con ese argumento el diario The Guardian analiza por qué el sector financiero aún no se ha lanzado a la conquista de Cuba como han hecho otras empresas norteamericanas como Airbnb en el turístico o Netflix en el audiovisual.

Estos casos concretos tienen, posiblemente, un valor más simbólico que económico, ya que la posibilidad de hacer negocio en un mercado poco preparado como es el cubano es lejana todavía. Más si se trata de bancos, que permanecen regulados por férreas normas que les impone el embargo económico y que se ven amenazados por sanciones en el caso de violar estas restricciones.

Según cita este diario, en 2009 Credit Suisse se vio obligado a pagar $536 millones por las transacciones que realizó en Cuba, Irán y otros países sancionados por Estados Unidos, mientras que BNP Paribas afrontó una multa de $8.9 billones en 2014 por trabajar con clientes sudaneses. En otro orden de cosas, M&T Bank, la única entidad que prestaba servicios financieros a la Oficina de Intereses Cubanos en Washington, dejó de operar con el país el año pasado.

Por ese motivo, según cuenta en The Guardian Pedro Freyre, abogado y presidente de Akerman LLP, un bufete de Miami, "hay una enorme exposición a estos riesgos de los reguladores de Estados Unidos, que han impuesto multas muy sustanciales en las instituciones financieras”.

Como relata también el abogado de Gotham Government Relations Firm, Antonio Martínez C. II, esto hace imposible que Cuba haga nada en el sistema bancario internacional con dólares, porque "cualquier banco relacionado con esa maraña de sanciones podría quedar atrapado en ella y ser multado".

Es obvio que el Gobierno estadounidense está animando a que los bancos se acerquen a Cuba después que se flexibilizaran las normas comerciales entre ambos países, pero aun así impera un clima de inseguridad que ha impedido ningún anuncio importante en ese sentido.

Para el profesor de la Universidad de Columbia Christopher Sabatini, experto en temas cubanos, el hecho de que los bancos y las compañías de telecomunicaciones tengan que aclarar todo tipo de actividad en Cuba con los Departamentos del Tesoro y de Comercio frena las iniciativas, ya que los ejecutivos dirían que "no es rentable para nosotros".

Más opciones con Cuba fuera de la lista terrorista

Sin embargo, el momento en que Obama anunció que apoyaba la salida de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo cambió la situación. Para Sabatini, esto "ha eliminado el miedo de tener sus beneficios incautados por haber hecho negocios con un Estado terrorista. Pero eso no significa que los banqueros se vayan a precipitar a la isla. Como dice en The Guardian, "sólo porque algo se permita no significa que vaya suceder, porque los bancos por naturaleza son reacios al riesgo".

Los primeros pasos hacia este deshielo del sistema financiero en Cuba los dio Master Card, cuando el 1 de marzo desbloqueó el uso de sus tarjetas de crédito en la isla, aunque entonces Rob Rowe, vicepresidente de la Asociación de Banqueros de Estados Unidos, declaró que "los bancos están ciertamente atentos a los nuevos acontecimientos, pero el Gobierno de Estados Unidos tiene que dar más pasos hasta que la industria puede tomar acciones".

En situación de espera están también American Express, Citi y JPMorgan Chase, que han dicho que están interesados en obtener más detalles sobre cómo Estados Unidos y Cuba van a empezar a aplicar las nuevas normas. Los principales obstáculos siguen siendo las burocracias de los dos países, especialmente por el sistema tan centralizado y controlador de Cuba, que analiza cada caso por separado y basa sus decisiones en la opinión de unos pocos elegidos.

Para Pedro Freyre esto no frena las expectativas, ya que existe "un compromiso real por parte de las autoridades cubanas para hacer cambios", y eso es mucho. "No han estado viviendo completamente aislados del universo como Corea del Norte", dice.

Además, la salida de Cuba de esta lista de países que patrocinan el terrorismo forma parte de una táctica de negociación, cita The Guardian, ya que esto podría servir para que el Gobierno de Raúl Castro rebaje la tasa de cambio del 10% que impone al dólar estadounidense, otro elemento disuasorio para hacer negocios y la razón por la que las llamadas telefónicas han sido siempre tan caras.

Como dice Freyre, para resumir esta situación, "Estados Unidos tiene una válvula de control y Cuba tiene otra". De cómo las muevan dependerá que los bancos se animen a entrar en el país.

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