En un artículo sobre las protestas del 17 de marzo pasado, el diario estatal Sierra Maestra, órgano oficial del Partido Comunista en Santiago de Cuba, arremetió contra los manifestantes y calificó el hecho de "denigrante espectáculo".
La periodista Mayté García Tintoré, autora de la nota publicada este sábado, lamentó ver entre quienes protestaban "a muchos de los que la Revolución protege con asistencia social y ayuda bajo el concepto de vulnerables", y los acusó de vender los módulos de alimentos que, según ella, "les entregan gratuitamente".
García Tintoré echó mano a una recurrida técnica de la propaganda oficial para desacreditar a los manifestantes del 17M.
Según la reportera, los manifestantes no se lanzaron a las calles de Santiago de Cuba de forma espontánea, sino siguiendo una "manipulada convocatoria subversiva". Los cientos de personas que reclamaban "corriente y comida", lo hicieron para apoyar a quienes "les pagaron tres kilos para buscar desestabilizar a la Cuna de la Revolución", añadió.
García Tintoré dijo que las madres y abuelas que protestaron ese día cometieron "un acto criminal" al salir bajo el sol a reclamar "una leche que a veces ni los pequeños se toman, pues no pocas la venden a 2.000 pesos". Agregó que estas "no dan lástima, dan pena".
Señaló que los jóvenes presentes en la manifestación "ni estudian ni trabajan", y los llamó "desvinculados" y "vagos". Mientras, los trabajadores, amas de casas, jubilados y otras personas que protestaron, solo "se dejaron llevar" por el momento debido a su "falta de carácter", "falta de información" y su "poca capacidad de análisis".
García Tintoré, jefa de redacción del periódico estatal, celebró la respuesta de las autoridades a las exigencias de los manifestantes, y reconoció que en cuestión de pocas horas estuvieron listos para distribuir alimentos que los pobladores de las zonas afectadas esperaban desde hacía meses.
La periodista dijo que ella también sufre los apagones, la escasez de agua potable, el estómago le "ruge", camina kilómetros por la falta de transporte y el salario le dura "horas en la cartera", pero llamó a seguir aguantando con "estoicismo" y a repudiar la "subversión".
El 17 de marzo pasado, cientos de cubanos se lanzaron a las calles de Santiago de Cuba y otras localidades del país al grito de "corriente y comida", "Patria y Vida" y “libertad”, tras varios días con largos apagones y en medio de la profunda crisis económica que atraviesa la isla. "La gente está pidiendo comida, porque los mandados todavía no han llegado”, relató desde el lugar del suceso a Martí Noticias una de las manifestantes.
Ese domingo, y el día siguiente, se reportaron también protestas en Bayamo, Matanzas y Sancti Spíritus.
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel insistió el jueves pasado, en su recién lanzado programa "Desde la Presidencia", en culpar a Gobierno de EEUU por las protestas. Washington dijo que las acusaciones de La Habana eran absurdas, y que Díaz-Canel es reponsable del sufrimiento de los cubanos, que continúa protestando por la falta de recursos básicos como alimentos, combustible y electricidad, y la capacidad de ejercer libertades reconocidas internacionalmente.
Díaz-Canel también intentó minimizar lo sucedido el 17M. "Ese era un domingo de fin de semana como todos, las familias compartían. Había muchas actividades, ferias, conciertos, actividades recreativas. Nos construyeron un 11 de julio virtual", dijo.
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