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Programas de democracia para Cuba y Venezuela fuera del presupuesto 2017-2018


Ayuda de EE.UU. a la democracia en Cuba desaparecería bajo el presupuesto 2018 del presidente Trump
Ayuda de EE.UU. a la democracia en Cuba desaparecería bajo el presupuesto 2018 del presidente Trump

El primer plan presupuestario del presidente Donald Trump, el relativo al año fiscal 2018 que comienza en octubre, incluye un sustancial recorte a la asistencia exterior a Latinoamérica, con reducciones a la ayuda proporcionada a todos los países del continente, y de hecho elimina las partidas para Cuba y Venezuela, países donde el dinero se usaba para ayudar a los luchadores por la democracia y los derechos humanos.

El presupuesto – que tendría que ser aprobado por el Congreso y podría sufrir cambios en el proceso- concede 37.600 millones de dólares al Departamento de Estado, de los cuales 1.093 millones van a parar a las operaciones en el continente americano y el Caribe, un descenso de 614 millones respecto al año fiscal 2016.

“Mientras trabajamos para agilizar nuestros esfuerzos, a fin de asegurar eficiencia y efectividad (en el uso) de los dólares de los contribuyentes, tenemos que priorizar y tomar algunas decisiones difíciles”, dijo sobre el tema un portavoz de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, el organismo mediante el cual la cancillería canaliza la mayor parte de la asistencia al exterior.

En 2016 Cuba recibió $ 20 millones para asuntos relacionados con la sociedad civil y los derechos humanos, y Venezuela obtuvo $ 6,5 millones para asuntos de gobernanza y respeto a la democracia, a través de dos programas destinados a la sociedad civil y los derechos humanos en el Departamento de Estado.

Como recuerda hoy The Miami Herald, la asistencia para Cuba es regulada por la Ley Helms-Burton de 1996, que autoriza entre otras cosas donaciones de alimentos a organizaciones no gubernamentales así como otros tipos de ayuda a individuos y entidades que promuevan en la isla cambios no violentos hacia la democracia.

Los programas cubanos de la USAID publicados el año pasado incluían $ 6 millones en un período de tres años para ofrecer subvenciones a organizaciones que se encargaran de "proveer asistencia humanitaria a presos políticos y familiares" y tambié a individuos y grupos marginados en Cuba”.

Al anunciar este programa la agencia recordaba que “en Cuba la represión contra los líderes de (la lucha por) los derechos humanos continúa intensificándose a pesar de la reanudación de relaciones con Estados Unidos. Se estima que el gobierno cubano actualmente tiene detenidos a decenas de presos políticos por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión”.

Luego explicaba que la asistencia de EE.UU. para Cuba se enfocaba “en proveer ayuda humanitaria a víctimas de la represión, fortalecer la sociedad civil, facilitar la libre circulación de información hacia, desde y dentro de la isla, y ayudar a los cubanos a crear espacio para un diálogo acerca de las prácticas democráticas”.

Durante los diálogos bilaterales iniciados después del anuncio del deshielo en diciembre de 2014 una de las reclamaciones de la parte cubana fue que se pusiera fin a los programas pro democracia de la USAID.

La Habana ha criticado acerbamente y hasta reprimido algunos programas para Cuba del organismo como, los esfuerzos del Alan Gross para llevar internet a la comunidad judía (estuvo cinco años preso),la versión de Twitter llamada Zunzuneo, y el programa de verano de la organización World Learning, estos dos últimos centro de una fuerte campaña mediática y de movilización de masas del gobierno cubano.

En una directiva presidencial de política y normalización de las relaciones con Cuba, legada en sus últimos meses de gobierno por el presidente Obama como una especie de hoja de ruta al respecto, se dice que “seguiremos apoyando programas democráticos que sean transparentes y consistentes con la programación en otras sociedades similarmente situadas en el mundo”, pero se aclara que Estados Unidos no pretende cambiaral régimen, sino alentar a Cuba a mejorar su respeto por los derechos humanos a través de un diálogo bilateral sobre el tema.

Algunas de las ayudas a Cuba que cesarían si el presupuesto del Presidente Trump fuera aprobado por el Congreso sin cambios se pueden encontrar en el acápite Cuba de una página de la USAID relativa a la asistencia al exterior.

- Ofrecer "asistencia humanitaria a los presos políticos y sus familias, así como a individuos políticamente marginados, para aliviar las penurias que sufren debido a sus creencias políticas o sus esfuerzos por ejercer sus libertades fundamentales. Desde el comienzo de los programas USAID ha provisto alimentos nutritivos, vitaminas, medicinas no controladas y artículos de higiene a miles de familias cubanas, proporcionando un inestimable salvavidas para mejorar su bienestar físico y sicológico".

- Apoyar "actividades cívicas, sociales y de desarrollo con amplia participación, proporcionando asistencia técnica y ayuda material para organizar, entrenar, y energizar a pequeños grupos de personas dentro de sus comunidades. Estos esfuerzos empoderan a a los ciudadanos cubanos a trabajar juntos y de manera independiente y reducir sus dependencias en el estado. USAID también proporciona entrenamiento para documentar violaciones de derechos humanos según los estándares internacionales y elevar la conciencia sobre tales abusos en Cuba y en todo el mundo".

- Proporcionar "información y noticias básicas sobre asuntos relativos a los cubanos de dentro de Cuba y del resto del mundo. Los programas de USAID han diseminado libros, revistas, periódicos, y folletos entre amplios segmentos de la población. USAID también ha ayudado a entrenar en el último decenio a cientos de periodistas, cuyos trabajos han sido publicados por importantes servicios de noticias internacionales".

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    Rolando Cartaya

    Rolando Cartaya (La Habana, 1952) periodista, traductor e investigador. Trabajó por varias décadas en Radio Martí desde 1989, donde fue periodista, editor y director y guionista de programas radiales. Actualmente labora en la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba. Fue vicepresidente en la isla del Comité Cubano Pro Derechos Humanos.

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