Cuba pidió suspender hasta el 2022 el pago de su deuda al Club de París hasta que la economía se recupere de la crisis por la pandemia del COVID-19.
Un reporte de la agencia AFP señala que expertos consideraban que Cuba trataría de renegociar los principios básicos del acuerdo de París 2015 en términos aún mejores y más largos. La reestructuración podría incluir la moratoria temporal que solicitó el viceprimer ministro Ricardo Cabrisas, levantar o aliviar la multa del 9%, reducir cuantiosamente los pagos de intereses, priorizar proyectos de reinversión en pagos del servicio de la deuda y la posibilidad de hacer más pagos en moneda nacional.
En ese sentido, el economista cubano Elías Amor, residente en España, dijo a Radio Televisión Martí que la entidad financiera “en lugar de instar al default de la economía cubana, le concede ‘graciosamente’ ese aplazamiento en los términos que el régimen pidió”.
El hecho afloró este 20 de mayo, cuando en un documento formal dirigido al Club de París, por Cabrisas, propuso "una moratoria para 2019, 2020 y 2021, y volver a pagar en el 2022” a esos acreedores de Cuba, aunque desde finales del año pasado se había anunciado un retraso de meses en el pago de la deuda.
“¿Este hecho se debe interpretar como una dejación de funciones de este grupo de acreedores con respecto al régimen castrista?, se pregunta el experto.
“No, en absoluto. Es un nuevo estilo en las finanzas internacionales que beneficia a los países que no cumplen con sus compromisos a tenor de lo que se puede observar con lo que ha hecho el régimen cubano en el sentido de que en lugar de exigir la bancarrota o el default de esos países los consignatarios apuestan por fórmulas más flexibles aplazando deudas, distanciando más en el tiempo, sustituyendo el corto por el medio y largo plazo”, explicó Amor.
Más adelante añadió: “Cabrisas que ya el año pasado planteaba este tema cuando requirió diferir la deuda del cuarto trimestre de unos 80 millones de dólares al Club de París, se ve beneficiado ahora de este nuevo escenario creado por el Covid19, en el sentido de mejorar las condiciones de financiación de 77 países altamente endeudados a nivel mundial”.
Las raíces de lo que ocurre en este momento se remontan a los generosos acuerdos de 2015 cuando el Club de París canceló y condonó deudas incobrables y las reemplazó por otros acuerdos de cooperación.
Aquel acuerdo de deuda supuso el perdón de 8 mil 500 millones de dólares de un total de 11 mil 100 millones, arrastrados desde 1986. Ello flexibilizó en exceso las responsabilidades financieras del régimen castrista en el ámbito internacional y dio la sensación de una aparente solvencia que trajo consigo un mayor endeudamiento que ahora renegocian”.
“Pues le ha salido bien la operación al régimen cubano y consigue dos años más de tranquilidad en el frente de sus deudas” apuntó el especialista.
La Habana busca la tolerancia del Club de París, parecida a la que proporcionó el G20, que suspendió por un año el servicio de la deuda de los países más pobres, incluidos cuarenta en África.
Asimismo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han prometido estar al lado de los países débiles. Pero Cuba no integra ninguno de los dos organismos.