El huracán Melissa dejó destrucción severa en el oriente de Cuba, con inundaciones, viviendas colapsadas, comunidades aisladas y una crisis humanitaria que se agrava día tras día. En ese escenario, la Iglesia Católica se ha convertido en el principal canal de ayuda inmediata para miles de damnificados.
El Padre José Joaquín Espino, Rector del Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Miami, explicó cómo la comunidad católica del sur de la Florida está enviando alimentos, medicinas y recursos a las diócesis cubanas más golpeadas.
La Iglesia en Cuba como primera respuesta
El padre Espino señaló que, ante una emergencia como la que ha dejado Melissa, la primera estructura que se activa dentro de la isla es Cáritas Cubana.
“En Cuba la respuesta inmediata siempre es la iglesia en Cuba, a través de la Cáritas”, indicó. Aún cuando la diócesis de Guantánamo-Baracoa también ha sufrido daños serios, explicó que “Cáritas de Guantánamo fue ayudar a la gente en Sagua de Tánamo y las diócesis del occidente han estado mandando la ayuda posible al oriente”.
Vuelos humanitarios desde Miami y entregas directas
Gracias al apoyo del exilio y a un esfuerzo logístico extraordinario, la Iglesia en Miami ha logrado enviar cargas masivas de asistencia. El domingo pasado salió un avión con unas 40 toneladas de ayuda destinada a Santiago de Cuba.
Para este viernes está programado un segundo vuelo, con más de 30 toneladas adicionales, que será acompañado personalmente por el padre Espino hacia Holguín.
También se pudo entregar un contenedor de arroz reservado para Guantánamo que había sido retenido en La Habana debido a la cercanía del huracán.
El sacerdote subrayó que ninguno de estos envíos pasa por las autoridades estatales. “Lo que nosotros mandamos llega a la iglesia y la iglesia distribuye directamente a los necesitados”, dijo.
Añadió que sus entregas en Cuba son rápidas para evitar intermediarios y que el donativo será recibido por el Obispo de Holguín, Mons. Emilio Aranguren Echeverría: “Voy a estar dos horas en Cuba si acaso. Se entregará a Monseñor Emilio y eso va a través de la iglesia”.
Obstáculos logísticos y altos costos internos
A pesar de la urgencia, la llegada de ayuda enfrenta complejos desafíos. En estos momentos todos los contenedores procedentes de Estados Unidos llegan exclusivamente al puerto de Mariel. Desde allí deben trasladarse al oriente del país, un proceso caro y difícil.
“En este momento los contenedores por barco, todos llegan a Mariel, entonces hay que buscar una manera de transportarlo de Mariel a Oriente, y el costo normal es de 3,000 a 4,000 dólares del transporte interno”, señaló Espino.
A esto se suma la situación sanitaria. “Un 30 o 40 por ciento del personal de Cáritas ha estado sufriendo con chikungunya”, dijo, lo que ha diezmado la capacidad de respuesta.
El sacerdote también mencionó trabas burocráticas relacionadas con las listas de empaque que exige el gobierno cubano y el temor de las navieras a atracar en puertos confiscados por el régimen, lo que ha provocado rutas absurdas.
¿Está facilitando el régimen cubano la entrada de ayuda?
En este momento de crisis extrema, el padre Espino considera que las autoridades parecen comprender la magnitud de la emergencia.
“Parece estar bastante abierto a la ayuda. Saben que lo necesitan y parecen estar en comunicación con la Conferencia de Obispos”, afirmó. El hecho de que se hayan permitido dos vuelos humanitarios desde Miami directamente a los aeropuertos de Santiago y Holguín es visto por la Iglesia como una señal positiva.
Espino reiteró que la ayuda no se entrega al Estado sino a la estructura eclesial: “Se entrega a la iglesia para que lo distribuyan”.
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