Como parte de la batería de sanciones que el gobierno de Estados Unidos le ha impuesto al brazo económico de los militares cubanos, le llegó el turno a la compañía American International Services.
Conocida por sus siglas AIS, la compañía está involucrada en el manejo de las remesas que reciben los cubanos en la isla.
Sobre la decisión de los Estados Unidos de nuevas sanciones, cubanos consultados por Radio Televisión Martí expresaron aceptación, pero también preocupación.
María Elena Mir Marrero, activista sindical residente en La Habana, asegura que está plenamente con la decisión y cree que "al gobierno de Cuba hay que asfixiarlo, hay que ya terminar con esto", sin embargo, señala que las decisiones también "están asfixiando, más de lo que está, al pueblo cubano".
Entre las razones de las medidas el gobierno estadounidense ha planteado que los militares cubanos usan a AIS, su casa matriz FINCIMEX, socio principal en Cuba de la Western Union, y otras entidades para cobrar tarifas y manipular el mercado de remesas y moneda extranjera.
Según Mike Pompeo, AIS se lleva una parte de las remesas que se envían los cubanos, por esa razón buscan cortar los ingresos que el gobierno usa para reprimir en la isla e interferir en los asuntos internos de Venezuela
En Matanzas, Félix Navarro, del opositor Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, opinó que todas las medidas que ha tomado el gobierno de los Estados Unidos "van por buen camino".
"Aunque no tengo propuestas quisiera que aprieten un poco más, pues la dictadura necesita perder el poco oxígeno que le pueda quedar", aseguró el opositor.
Mir Marrero, por su parte, cree que las sanciones deben ser bien pensadas y según su sugerencia deben tomarse "medidas que afecten al gobierno, no, a la población".
Navarro recordó que el cubano de a pie está afectado desde hace más de seis décadas y "en la medida que se sigan extendiendo los días de la dictadura, el pueblo seguirá siendo más reprimido y afectado".
Sabe que las medidas son fuertes, pero "ese es el costo necesario que tenemos que pagar por el cambio", sentenció.
La semana pasada, entre otras sanciones, se había prohibido el alojamiento de ciudadanos estadounidense en hoteles del conglomerado militar GAESA.
Rebeca Monzó, quien tiene negocio de alquiler en su casa en La Habana para los visitantes a la isla, dijo que esas medidas benefician a los particulares, pero alertó que la capital está en un estado tan deplorable que no cree que se pueda favorecer.
Aseguró que cuando el gobierno de Cuba levante las restricciones por el coronavirus no va a reactivar su licencia, porque no piensa que al país lo visiten los turistas.
"Si acaso irán a las playas, pues la ciudad esta destruida", agregó.
Cree que los extranjeros no se interesarán por hospedarse en casas particulares porque las condiciones higiénicas de la ciudad son "muy malas".
"La Habana se está derrumbado y el turismo solo va a encontrar calles sucias, rotas, con aguas albañales, edificios cayéndose y gente mal vestida sentada en lo contenes", dijo.
Su esposo, el analista Fernando Dámaso, recalcó en que la economía de la isla está quebrada desde antes de la pandemia, y el gobierno ni se pronunció, ni lo hará en el futuro, por medidas que indiquen mejoría para la población.
Cree que "en este momento el gobierno está en un compás de espera por un mecenas que los ayude a salir del problema".
(Incluye reporte de Amado Gil para Radio Martí)