Zenén Chávez, tiene 60 años y un permiso de viaje otorgado por la Oficina de Control de Aduanas de Estados Unidos a punto de vencerse. Una persona le hizo el favor de patrocinarlo en el nuevo programa Parole del presidente Joe Biden, pero una vez aprobado, le dijo que no podía recibirlo en su casa.
“Recibí el parole humanitario el día 19. El día 20 del mes pasado me llegó el permiso de vuelo, pero no tengo quien me acoja en Estados Unidos”, dijo Chávez en un video enviado a esta redacción.
En el audiovisual, el hombre pide ayuda para ir, aunque sea, a un refugio en Estados Unidos. “Demás está decir que estoy desesperado porque no quiero quedarme aquí [en Cuba]”, añadió.
El programa Parole Humanitario para Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití, fue instaurado por la administración del presidente Joe Biden en octubre de 2022, primero para nacionales de Venezuela y, en enero de 2023, para cubanos, haitianos y nicaragüenses. Según las últimas cifras oficiales, más de 400 mil personas han llegado a través de este programa a Estados Unidos.
El programa requiere como una condición sine qua non que un patrocinador estadounidense se comprometa a acoger en su casa, y a sostener económicamente, a los patrocinados que sean aprobados, por lo que el caso de Chávez se ha vuelto viral en las redes sociales.
“No entiendo qué clase de parole es este. El único responsable de sustentar a esta persona, si es que logra llegar a USA, es quien le puso el parole humanitario, y por tanto es quien tiene que cargar con toda responsabilidad económica y de todo tipo sobre esta persona”, escribió en X el doctor Lucio Enriquez.
¿En qué consiste la responsabilidad del patrocinador?
La aplicación I-134A se utiliza para proporcionar apoyo financiero a un beneficiario, pero no es un contrato con el gobierno de Estados Unidos, explicó la abogada de inmigración Rosaly Chaviano.
“Legalmente, dentro de Estados Unidos, ni el gobierno, ni el beneficiario, pueden demandar al patrocinador, porque la I-134A no es un contrato legal con el gobierno de los Estados Unidos. En la I-864 sí se implementa un acuerdo donde el gobierno puede demandar al patrocinador, pero en el caso de laI-134A no hay nada legal que lo ate a una corte para que cumpla con su palabra”, dijo.
Chaviano explicó que la I-864, un trámite requerido por USCIS para las peticiones familiares y aplicaciones de reunificación familiar, surgió tras años en los que el gobierno utilizaba un I-134A pero después no podía demandar a los patrocinadores cuando incumplían su palabra.
“Con la I-864, que sí es un acuerdo, el gobierno puede demandar y pedir de vuelta el dinero que haya invertido en los beneficiarios”, dijo.
Cubanos y haitianos están pidiendo ayuda
Aunque originalmente el programa Parole está diseñado para que los beneficiarios no pidan ayuda al gobierno, un número ingente de cubanos y haitianos se ha amparado en una vieja ley que permite a refugiados obtener ayuda.
Es frecuente ver filas de cubanos y haitianos recién llegados con parole humanitario en las oficinas de Niños y Familia, en Florida y otros estados, para obtener cupones de alimentos, Medicaid (seguro médico) y ayuda en efectivo.
“Es algo que pone en duda este programa. La idea de una persona de apoyo o patrocinador debe evitar que estas personas vengan y se conviertan en una carga pública, pero lo que estamos viendo es que, llegando, al día siguiente, están pidiendo las ayudas. Es algo legal, pero no es la idea del programa”, dijo la abogada.
“Muchas personas me preguntan: ¿puedo pedir ayuda? Y mi respuesta siempre es la misma: poder, puedes, pero no es la idea del programa”, añadió.
Chaviano, además, envió un mensaje a Zenén Chávez.
“Si todavía no tiene donde vivir, mi consejo es que pida una extensión de su permiso de viaje. A lo mejor aparece algún ángel en su camino”, dijo.
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