El periodista independiente cubano Abraham Jiménez Enoa, columnista de la sección Post Opinión en el diario estadounidense The Washington Post, fue citado a presentarse este jueves en una unidad policial del Vedado, en La Habana.
Aunque la citación fue entregada por el Jefe del Sector de la PNR de su barrio, Jiménez Enoa será interrogado por la teniente coronel Kenia Morales, denunciada por el movimiento contestatario cubano como una de las principales acosadoras de artistas y reporteros independientes en la isla.
“Lo primero es que yo no tengo manera de saber lo que va a ocurrir mañana. Ni siquiera sé los motivos de esta citación, pero es lo que tienen que enfrentar, día a día, los periodistas independientes en Cuba”, dijo a Radio Televisión Martí Jiménez Enoa, director del medio digital “El Estornudo” y colaborador de The New York Times, BBC World, Al Jazeera, Vice News, Gatopardo y Univisión, entre otros medios de comunicación internacionales.
El artículo 149 del Código Penal que legisla sobre la "usurpación de la capacidad legal" es una de las amenazas más usadas contra los comunicadores independientes en Cuba.
“La prensa independiente no está admitida por el Estado cubano, que sólo acepta que la profesión de periodismo únicamente sea ejercida por aquellos que se limiten a trabajar en los medios de comunicación subordinados al Partido Comunista de Cuba, que son todos los medios de comunicación, emisoras de radio, canales de televisión, periódicos, etcétera”, subrayó.
La Constitución aprobada en 2019 deja un margen a la criminalización de la libertad de expresión y prensa en la Isla.
“Entonces, como la Constitución de la República no reconoce a los periodistas independientes, tenemos que aguantar los embates de la Seguridad del Estado. Es sumamente triste porque estamos totalmente desprotegidos por la ley. De hecho, la ley ni siquiera nos reconoce. Es el precio que hay que pagar cuando uno intentar narrar el día a día de este país, donde hay un régimen autoritario, dictatorial”, puntualizó Jiménez Enoa.
El comunicador señala que no hay forma de adaptarse a ese hostigamiento, “porque de estas presiones sabe Dios como uno salga, puede incluso ir a la cárcel o recibir una multa, o lo que sea”, alertó.
“Uno no puede naturalizar el abuso y la persecución de agentes de la Seguridad del Estado cuyo único objetivo es silenciar las voces que cuentan lo que ellos no quieren que se cuente”, concluyó el periodista.