Cuba emprenderá la aceptación de las tarjetas rusas MIR como medio de pago alternativo a Visa y Mastercard desde finales de este año, una medida que pone en evidencia el alcance de la injerencia rusa en Cuba, coincidieron analistas.
El oficialismo, por su parte, considera que el uso de este sistema podría convertirse en una alternativa para sortear las implicaciones de bloqueos y sanciones económicas.
“Lo que están, básicamente, diciendo es que van a reconocer la moneda, van a hacer transacciones reconociendo el rublo y van a poder darle cierta fluidez en Cuba. Eso no va a cambiar para nada la situación económica de Cuba, ni siquiera las sanciones que puedan tener, en este momento, los bancos rusos”, indicó e conversación con Martí Noticias el analista y exdiplomático cubano Juan Antonio Blanco, radicado en Miami.
En 2022, Rusia buscó ampliar el sistema MIR en el extranjero después de que fuera bloqueada su participación en el sistema bancario internacional tras la invasión de Vladímir Putin a Ucrania.
“Lo que va a hacer es crear cuentas en rublos en Cuba con las cuales las compañías cubanas podrán liquidar --si es que lo hacen, porque nunca pagan-- cuentas a las empresas rusas, y demás, en esa misma moneda, pero en realidad esa no es la idea. La idea es ir creando las condiciones para ver si en los cubanos logran buscar tontos útiles suficientes que les abran las puertas de las cuentas bancarias a mipymes en Estados Unidos. Entonces sí pueden evadir las sanciones, tanto Rusia como Cuba, porque, sobre todo si quitan a Cuba de la lista de países terroristas, le quitan todos los filtros que tienen los movimientos de los flujos bancarios de Cuba, y eso es lo que realmente están buscando. Ese sería el logro real”, apuntó Blanco.
“Mientras tanto, ahí no hay nada nuevo. Ahí lo que hay es que se admiten las monedas, van creando condiciones con vista a ese futuro que, por el momento, se les paralizó, y como ellos [el régimen] tienen una capacidad infinita de seguir yendo por el camino equivocado, pues con todas estas manifestaciones delante de la embajada americana a favor del grupo terrorista Hamás no han mejorado su situación, sino que han logrado que Estados Unidos emita una alerta a los turistas para que tengan cuidado, porque pueden ser objeto de ataques terroristas estando en Cuba, lo cual le va a afectar en la etapa esta de alza del turismo de invierno”, señaló el analista.
El ministro de Turismo de Cuba, Juan Carlos García Granda, informó que el sistema de pagos ruso, que beneficiará las transacciones de turistas y empresarios de la nación eslava en la isla, comenzará en las instalaciones turísticas de La Habana, Varadero y los cayos de Ciego de Ávila y Camagüey y se extenderá de forma gradual a todo el país.
"Se planifica cerrar el presente año, 2023, con el servicio implementado en la mayor parte de las instalaciones del sector turístico, cadenas de tiendas y servicentros de toda la isla", agregó en su cuenta de X.
Al respecto, el economista Orlando Freire Santana aseguró a Martí Noticias que la autorización del uso de las tarjetas MIR en Cuba tiene como objetivo primordial la captación de turistas rusos.
“Si ellos pueden utilizar sus tarjetas MIR, entonces ya les sería más fácil, y el gobierno cubano captaría al turista ruso, que le hace mucha falta, porque los ingresos por la industria turística cubana están en baja”.
Rusia tiene el tercer lugar entre los países emisores de viajeros hacia la isla de gobierno comunista.
“Pero, más que nada, lo que hace es afianzar la dominación rusa sobre la economía cubana. Cada vez el dominio ruso, la participación rusa en todas las ramas de la economía cubana va en aumento. Entonces las relaciones económico comerciales ruso cubanas deberán alcanzar el mismo nivel que las relaciones políticas y las relaciones políticas tanto de Cuba como Nicaragua y Venezuela marchan al compás de la geopolítica del Kremlin”, afirmó Freire Santana.
El profesor titular Luis René Fernández Tabío, investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional de la Universidad de la Habana, subrayó en una entrevista con el diario ruso Sputnik que la implementación del sistema MIR “resulta una ventana que contribuye a romper los efectos directos e indirectos de la guerra económica aplicada contra Rusia a través de las sanciones que Occidente adoptó” tras la invasión rusa a Ucrania.
Para el politólogo y activista habanero Manuel Cuesta Morúa, lo que está sucediendo ahora es la segunda parte de lo que ocurrió tras el arribo de Fidel Castro al poder.
“La subordinación, la pérdida de autonomía de Cuba en las relaciones internacionales y la dependencia siempre de alguna que otra potencia. Contrario al discurso que se ha asumido de soberanía nacional, parece que el modelo autoritario cubano no puede vivir sin la subordinación a alguna potencia, y ahora, con Rusia, volvemos a entrar en ese camino de pérdida de soberanía”, subrayó.
Sobre este modelo de injerencia ruso, explicó que el Kremlin tiene "estados tapones, fuertes esferas de influencia a las que les diseña no solo su política exterior".
"Ahí está el caso del gobierno cubano, apoyando, sin fisuras, la invasión rusa de Ucrania pero, al mismo tiempo, también diseñando el modelo económico, ahí está la Fundación Stolypin, que es la que está definiendo el modelo de economía que Cuba va a asumir, un modelo basado en el esquema oligárquico ruso de una familia controlando los espacios económicos y los intereses económicos claves y estratégicos del país, y sobre la maquinaria y el esquema de cómo controlar a la sociedad. Ahí están las visitas repetidas de funcionarios del Ministerio de Interior ruso a Cuba, reunidos con la cúpula cubana”, apuntó Cuesta Morúa.
Parte de ese control económico, apuntó el activista, es la exportación del modelo de financiación que existe en Rusia a través del sistema MIR de tarjetas, una medida que permite "una especie de control, no solo de los consumidores, no solo de las transacciones económicas fundamentales de la sociedad, sino también el control de la ciudadanía a través de este modelo”, recalcó.
Este mecanismo de pago es aceptado, además de Cuba, por Vietnam, Turquía, Bielorrusia, Armenia, Uzbekistán, Kazajastán, Kirguistán y Tayikistán.
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