El Consejo de la Administración Provincial en La Habana anunció que a partir del primero de agosto quedarán topados los precios de algunos productos que ofertan los restaurantes privados, conocidos popularmente como paladares.
Para Roberto Felipe Rasúa Veloz, que opera un paladar en la capital cubana, las autoridades no han tomado en cuenta las necesidades de los emprendedores al implementar la medida.
"El problema no es del cuentapropista, el problema es de la materia prima y los insumos que necesita para poder funcionar, que al precio en que están llevan a un alza de los precios (del servicio)", dijo Rasúa Veloz a Radio Televisión Martí.
El emprendedor agregó que aunque en un encuentro con las autoridades antes de que se aplicará la medida, "se hicieron algunas solicitudes, las principales no se tuvieron en cuenta".
Pedro Acosta, del paladar Doña Cecy, dijo que es irónico que el gobierno no tope los precios en los establecimientos estatales, y vaticinó que la medida provocará el cierre de algunos privados.
Acosta explicó que la cerveza, a un costo de 25 pesos, vendría saliendo en unos 40 cuando le sumas impuestos y otros cargos. En su opinión, habrá restaurantes "que no puedan aguantar el golpe".
"Es una falta de respeto que se topen los precios cuando el estado es incapaz de topar los suyos", dijo el cuentapropista, y explicó que un negocio estatal como La Bodeguita del Medio, ofrece la cerveza entre 4 y 5 dólares.
"¿Por qué el estado no topa sus precios primero?", se cuestionó.
El economista Elías Amor Bravo coincidió en que el tope de precios es una medida arriesgada, que afectará tanto a los dueños de restaurantes como a los que reciben el servicio.
"Al topar los precios va a pasar lo mismo de siempre: se van a producir restricciones en el suministro de los servicios porque en muchos de los negocios privados no va a ser rentable dar servicio a la población", indicó el experto.
Los precios que se toparán son refrescos, maltas, jugos, aguas y cervezas, tanto nacionales como de importación.