El Festival Internacional de Cine de Rotterdam, Holanda, en su quincuagésima edición, otorgó su lauro Tiger Hivos al cortometraje “Terranova”, dirigido por el cubano Alejandro Alonso Estrella y el español Alejandro Pérez, con guión de Lisandra López Fabé.
“Por un lado, Rotterdam es un festival muy prestigioso y solamente una película cubana había tenido premio ahí anteriormente, ‘La obra del siglo’ [de Carlos Quintela que fue producida de manera] independiente, al igual que ésta. Pero en el caso de ‘Terranova’ hay, quizá, una serie de detalles especiales y es que es que, dentro de la filmografía y las fichas y demás, casi siempre se califica como cine experimental. Es una película difícil, compleja desde el punto de vista del lenguaje”, dijo a Radio Televisión Martí, el crítico de cine y profesor cubano Dean Luis Reyes, residente en Europa.
“Terranova” surgió de una convocatoria de proyectos abierta por la Unión Europea en 2019 y es un homenaje a la capital cubana.
Alonso Estrella, originario de Pinar del Río, indicó, recientemente, en una entrevista concedida al medio IPSCuba que “las ciudades no se repiten, sino que se transmutan. Eso nos metía en una idea más vinculada con cuál es el alma de la ciudad, una ciudad que se está destruyendo y va a tomar otra forma”.
El filme muestra la termoeléctrica de Tallapiedra, las bóvedas del Museo Nacional, la oficina de restauración del Convento de San Gerónimo y la Cámara Oscura de La Habana Vieja.
En ese sentido apuntó Reyes: “invita a una manera de enfrentarse a la experiencia cinematográfica más allá de lo que habitualmente hacemos, que asume el riesgo de hablar de La Habana sin mencionarla apenas. Se coloca en una especie de ubicación transterritorial para pensar lo que pudiese ser. O sea, hablar de La Habana sin mencionarla, como si fuera un territorio imaginario, donde más que algo físico y definitivo lo que cabe es una posibilidad, un algo que se puede imaginar”.
El diseño sonoro de la cinta y también el montaje y la mezcla estuvieron a cargo de Glenda Martínez junto a Velia Díaz de Villalvilla e Irina Carballosa Socarrás. La música es de Moisés Santiesteban Pupo.
“Es realmente impresionante, artesanal, realizada a muchas manos con una elaboración sonora extraordinaria y que también habla de la madurez de, no sólo del cine cubano independiente, sino también de un realizador que en buena medida se ha tomado muy a pecho reconstruir el discurso de la no ficción en Cuba, como otros, pero Alejandro ha sido muy contumaz, muy persistente en hacer eso”, puntualizó el crítico.
Muchos miembros del equipo de “Terranova” son egresados de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV).
“Pasa por los saberes de muchos jóvenes cubanos que han pasado por las aulas de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y que allí han aprendido también saberes de frontera que no son los que habitualmente se difunden a través de los mecanismos tradicionales de difusión de cine en Cuba. Es como un mundo aparte en el cual se estudia el cine de una manera muy distinta a como se ve en el resto de la Isla y donde también se ve un tipo de cine que no es el que normalmente se exhibe en las plataformas estatales en el país”.
El Festival de Rotterdam de este año sesionó online entre el 1 y el 7 de febrero debido a la pandemia del Covid-19.
