Muchas calles de las principales ciudades de Venezuela amanecieron el jueves desiertas y algunas con barricadas, en el inicio del paro cívico convocado por la oposición en Venezuela por 24 horas, dijeron testigos a Reuters.
La medida de protesta contra la iniciativa del presidente Nicolás Maduro de elegir una asamblea para reescribir la Constitución, dejó sin servicio de transporte privado a distintas zonas del país, al tiempo que la cuenta oficial del Metro de Caracas reportaba pocos usuarios en el inicio de la jornada laboral del país petrolero.
Envalentonados tras recavar 7,5 millones de votos en un plebiscito no vinculante contra la Constituyente, líderes opositores dieron la largada a la "hora cero", una escalada de las protestas callejeras que iniciaron en abril y en medio de las que han fallecido casi 100 personas.
Desde las 6.00 horas del jueves (1000 GMT) los adversarios de Maduro pretenden que millones de personas paralicen Venezuela, azuzando el ya caldeado ambiente político y social. En el pasado, sin embargo, la participación se vio menguada durante protestas similares por las amenazas del Gobierno de nacionalizar los negocios que no abrieran.
"La huelga siempre ha sido una forma de protesta. Que el Gobierno pretenda satanizarla no tiene sentido ¿Es que acaso los habitantes de nuestro país tenemos derechos distintos a los de Brasil?", se quejó el líder opositor Henrique Capriles.
"No se necesita una Constituyente para consolidar la paz. Es un invento para evitar el cambio a través del voto. Ojalá en Venezuela privara la sensatez luego de la consulta popular del domingo y se restableciera el orden constitucional", agregó el dos veces candidato presidencial.
A pesar que la oposición no participará en la elección de los constituyentes y que diversos gobiernos de América instaron a Maduro a respetar la voluntad de los millones que el domingo rechazaron su propuesta, el mandatario insistió en que la Constituyente va "llueva, truene o relampaguee".
"Un Fracaso"
Venezuela atraviesa una de las peores crisis de su historia contemporánea con la inflación más alta del mundo, recesión económica y escasez de alimentos y medicinas.
La oposición señala al mandatario socialista de ser el principal responsable del descalabro económico, pero Maduro se ha defendido asegurando que es víctima de una "guerra económica" de sus adversarios que sólo buscan desbancarlo antes que culmine su mandato, a principios del 2019.
A fines de octubre del 2016, la oposición convocó a un paro de 12 horas que tuvo una tímida acogida luego de amenazas del Gobierno de tomar el control de los negocios que no abrieran al público.
El jueves, a pesar de que no ha habido amenazas contra quienes decidan acatar el paro, el oficialismo duda del poder de convocatoria de la oposición.
"La mayoría del país quiere trabajar. ¿Cómo pretenden que Venezuela avance con un paro cívico?", se preguntó Nicolás Maduro Guerra, hijo del mandatario, en una radio local.
"Estoy seguro que va a ser un fracaso porque la gente está obstinada de que la tengan encerrada en su casa. La misma gente de la oposición nos lo ha dicho", agregó el también candidato a la Asamblea Constituyente.
El presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores del Petróleo, Wills Rangel, dijo que su gremio rechazaba el paro de la oposición y que la producción de crudo no vería afectada.
[Agencia Reuters]