La visita de Francisco, sumada al interés por "ver a Cuba antes de los McDonald's", complica las cosas para la agobiada industria turística en la isla.
La ayuda humanitaria y la asistencia social que presta la Iglesia Católica en Cuba abarca, desde la distribución de comida a los más necesitados, hasta cursos de negocios para cuentapropistas y pequeños empresarios.
La medida busca "limpiar las calles" sacando a desamparados y disidentes de la vista de peregrinos, periodistas extranjeros y visitantes durante la estadía de Francisco en la isla.
Con la visita de Francisco, tres Papas habrán pisado en menos de dos décadas la isla, un país sin libertades civiles donde el catolicismo y otras prácticas religiosas fueron reprimidas por años.
"Si un líder quiere sostener el liderazgo, es un tirano. El verdadero liderazgo es fructífero", dijo el papa Francisco en una videoconferencia con estudiantes de La Habana y Nueva York.
"Jesús los quiere muchísimo, los quiere en serio… Sabe mejor que nadie lo que cada uno desea, lo que cada uno necesita… Él no nos abandona nunca, Él nunca se va, siempre está ahí", dijo Francisco en un mensaje dirigido a los cubanos.
Sin mucho ruido, pero no pocas nueces, la Iglesia Católica en Cuba ha ido abriendo espacios de participación a los laicos, no solo puertas adentro de los templos, sino también en ámbitos sociales como la salud, la cultura, la educación y las comunicaciones.
Desde hace décadas, la Santa Sede aboga por el mejoramiento de las relaciones entre EEUU y la isla y el fin de las sanciones económicas.
Puntualizan que las negociaciones más importantes no han comenzado y piden al pontífice: "Haga votos por un diálogo entre quienes gobiernan en Cuba, la oposición y el exilio cubano como partes principales del conflicto".
Bien visto por los cubanos y "comprensivo" para la religiosidad popular, el papa Francisco intentará recabar en Cuba para su Iglesia el entusiasmo que acaparan por ahora los cultos afrocubanos y evangélicos.
Cargar más