Con una bandera cubana sobre los hombros salió Juan Enrique Pérez Sánchez a las calles del poblado de Vegas, perteneciente a Mayabeque, durante el levantamiento popular ocurrido en toda Cuba el pasado 11 de julio.
Con la bandera sobre los hombros lo detuvieron las fuerzas represivas del régimen junto a su esposa, Dayana Aranda Batista, quien fue testigo de primera fila de la brutalidad y el ensañamiento con que fuera tratado el manifestante pacífico, según relató en entrevista exclusiva con el canal AméricaTeVé, de Miami.
“Lo tenían en el suelo, en un pasillo y le daban patadas, bastonazos, mientras le iban diciendo: ‘Grita Patria o Muerte’, y él gritaba ‘Patria y Vida’”, explica Aranda. “Y a mi me tenían encima de la guagua cuando, de repente, dos hombre vestidos de militar me bajaron y me dirigieron hacia dónde tenían a mi esposo”.
Ver el estado en que se encontraba su esposo fue “muy doloroso” para la mujer, “verlo ahí, tirado y no poder ayudarlo”.
Esposado de pies y manos, tirado en el suelo, a Pérez Sánchez le fue arrebatada la bandera cubana de sus hombros, bandera que también fue utilizada para castigar al detenido, a quien golpeaban con la enseña nacional, gritándole que él “no tenía derecho de portar la bandera cubana”.
Según relató Aranda en la exclusiva, la policía política intentó también utilizarla para chantajear a su esposo, amenazándolo con lo que podía pasarle a ella si no dejaba de gritar ‘Patria y Vida’.
“Le echaban spray de pimienta por los ojos y por la boca, esposado de pies y manos, pero nunca gritó ‘Patria o Muerte’, esa fue la última vez que lo vi”, señaló.
Aranda fue liberada dos semanas más tarde. Su esposo fue juzgado junto a otros 10 residentes de Vegas durante los juicios del 13, 14 y 15 de diciembre, celebrados en la localidad, y cuyas sentencias se espera sean dadas a conocer el 4 de enero de 2022 .
Los trece testigos presentados por la fiscalía “mintieron y fueron manipulados” afirmó la mujer en la entrevista con AméricaTeVé, lo cual, enfatizó, pudo ser ampliamente demostrado por los abogados de la defensa.
Aranda comentó que la situación dentro del penal para los 13 prisioneros políticos de Vegas no ha mejorado nada. Constantemente, relata, son maltratados, ofendidos e intentan provocarlos en todo momento, incluso el jefe del pelotón, un oficial que se hace llamar Reinier, los acusa de “terroristas y les dice que debían ser condenados a treinta años de prisión cada uno”.
La petición fiscal para Juan Enrique Pérez Sánchez es de 12 años de privación de libertad.