Testimonios recogidos por Martí Noticias, a raíz de hechos de violencia ocurridos en días recientes, revelan que la inseguridad se ha convertido en uno de los temas que más preocupan a los cubanos.
El sacerdote católico Alberto Reyes Pías, residente en Camagüey, manifestó a Martí Noticias lo que considera como motivación para esta proliferación de actos delictivos.
“Los valores cayeron en terreno de nadie, la familia, se la dejaron a la escuela, la escuela, se la dejaron a la familia y aquí el único valor que se promovió siempre fue la fidelidad al sistema, punto. Lo demás no importaba. Entonces son generaciones crecidas sin valores, por ejemplo, si yo le digo a un joven en este momento en Cuba ´llévame cocaína a La Habana y te pago 1000 dólares´, yo creo que me dirá que no, por miedo a que lo cojan, por miedo a meterse en problemas, pero no por el hecho de que esto está mal, esto no se hace. Este chip de lo que está bien y lo que está mal, y te lo digo como sacerdote que trabaja con muchísimos jóvenes, ese chip de lo que está bien y mal, esto no se hace porque está mal, o sea el concepto del bien y del mal, aquí se ha perdido", opinó el religioso.
“La misma policía no quiere problemas, la policía no quiere rollo, entonces, roban en una casa, asaltan... la policía no quiere meterse en problemas, aquí nadie quiere meterse en problemas, ni siquiera la policía, entonces claro, es un momento donde incluso está cayendo ese sentido de que tenemos vigilancia, o sea, la gente está pasando por encima de eso también, no sé si me explico, ese respeto, digamos a la autoridad dictatorial, eso también está haciendo aguas”, apuntó el sacerdote.
“Aquí asaltan una casa, roban una casa y no pasa nada. Ponen un cartel contra el gobierno y se mueve cielo y tierra, pero si no es algo así, político, no. La gente se siente muy desprotegida. Los mismos campesinos, por ejemplo, se sienten muy desprotegidos, entonces, yo creo que es eso, esa confluencia de factores lo que está haciendo que la sociedad se vuelva cada vez más violenta y más insegura. Hay mucha inseguridad. Ciudadana en este momento mucha inseguridad", concluyó el padre Reyes.
Esta misma semana se conoció el caso de Yorjelguis Bolaños Fernández, un cubano de 41 años, residente en Estados Unidos, que se encontraba de visita en la isla y que desde la noche del domingo está reportado como desaparecido en el municipio Madruga, provincia Mayabeque.
Desde esa localidad, un familiar relató lo sucedido: “Le puso a la madre un kiosco y el domingo a las 11 de la noche fue a cuadrar la venta del día. Fue en su carro y cuando salió parece que lo estaban esperando en el carro y hasta hoy no se ha visto más”.
El familiar de Bolaños señaló que todo parece indicar que se trató de un asalto para robarle el dinero recaudado en la tienda.
"Ojalá que aparezca con vida", afirmó el entrevistado, en referencia a la búsqueda que están realizando las autoridades policiales.
Por otra parte, el diario digital 14ymedio daba a conocer que otro ciudadano cubano, Pedro Luis Frómeta, dueño de un negocio en Holguín, fue asesinado en su propia casa en la madrugada del domingo.
Una fuente consultada por esa publicación explica que los ladrones lograron cargar con varios objetos y que a la víctima la dejaron desfigurada, con una "oreja cortada y la cabeza abierta a la mitad". También afirmó que el comerciante "murió en el lugar desangrado" y que el robo pudo estar motivado por que "la gente sabía que él tenía dinero".
Otro caso reportado esta semana fue el asesinato de José Benítez Godínez, de 37 años, el domingo 7 de enero, en La Habana.
Benítez, natural de Santiago de Cuba, residía en la capital cubana desde hacía más de seis años, según nos explicó Yaniel Acosta Benítez, su primo hermano.
"Él fue a casa de unos amigos, tarde, tarde. A él lo recogieron a las tres de la mañana, los vecinos llamaron a la policía. Con él acabaron a machetazos, punzonazos", reveló.
Acosta Benítez dijo que la policía ha detenido a cuatro personas relacionadas con este caso, entre las cuales hay una mujer y dos menores de edad, "uno de 14 y uno de 18".
El entrevistado también se refirió al aumento de actos de violencia extrema en Santiago de Cuba.
“Esto ha aumentado grandemente. Aquí en Santiago también se han visto varios casos de personas a las que le pican los brazos... a los motoristas los asaltan y los matan", aseguró.
A su juicio la causa de esta ola delincuencial está en la precariedad económica y social en que convive la mayoría de los cubanos: "Lo que se vive aquí, el trabajo que se pasa aquí, la delincuencia, la policía no trabaja”.
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