En la mañana de este martes, las dos coaliciones políticas independentistas de Cataluña, Junts pel Sí y CUP (Candidatura d'Unitat Popular, en catalán) firmaron un documento para comenzar formalmente el proceso separatista de España. El texto fue presentado al parlamento catalán (Parlament), cuya mayoría de escaños tienen estas mismas fuerzas desde que se unieran para formar gobierno, en septiembre último.
Según el documento, el modelo de Estado elegido es el de República, lo cual indica que eliminarían a la monarquía española tradicional como fuerza de poder. La propuesta, que deberá aprobar el Parlament lo antes posible proclama la "apertura de un proceso constituyente ciudadano, participativo, abierto, integrador y activo para preparar las bases de la futura constitución catalana", dice el manuscrito.
El presidente español, Mariano Rajoy, dijo acto seguido que utilizará todas las herramientas legales y jurídicas que estén en sus manos para frenar el proceso secesionista, y que todavía confía en que se pueda dialogar. Lo primero que hará es frenar el documento a través de los partidos catalanes que están en contra del independentismo (PP, PSC y Ciudadanos), partidos que tienen voz y voto dentro del propio parlamento regional. Si esto no surte efecto, recurrirá al Tribunal Constitucional para inhabilitar a los políticos independentistas.
En tal extremo, se complicaría todavía más la situación porque los independentistas no reconocen al Tribunal Constitucional y hablan de un "proceso de desconexión democrática" con respecto al resto de España. Mientras, las fuerzas catalanas independentistas no acaban de ponerse de acuerdo para elegir un líder, que en esa región se denomina President de la Generalitat. Las dos coaliciones que tienen “la sartén por el mango” son totalmente opuestas en ideología. Pero continúan avanzando juntas –aunque no revueltas- para salvar el independentismo por encima de todo.
Según publicó el diario El Mundo este martes, el Gobierno tiene dispuesto un engranaje para activar el artículo 155 de la Carta Magna que, en último término, implicaría de facto la intervención de las competencias de Cataluña y la suspensión de su autonomía.
"El Gobierno garantiza", dice Rajoy, "que quienes quieren separar y dividir España no lograrán ni uno solo de sus objetivos. Su propuesta no tendrá ningún efecto. No lo van a lograr porque tienen enfrente a la ley y a la mayoría de los españoles".
Pocas horas más tarde, el influyente diario El País publicó un editorial en el que hablaba de un “golpe al Estado” y un "vacío de Gobierno", con un contundente mensaje a Rajoy en el que lo invita a actuar con más determinación con respecto a Cataluña.
"La gravísima contumacia de Convergència Democràtica de Cataluña y Esquerra Republicana contra la legalidad es aun más inquietante tras ponerse al servicio de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), a la que ofrecen iniciar las nuevas leyes catalanas en un plazo de 30 días. Es evidente que se lo dan en prenda de la complicada investidura de Artur Mas, desplazando así lo que fue el liderazgo del nacionalismo catalanista hacia el extremismo izquierdista reivindicado por la CUP", escribe el editorial.
Mientras tanto, La Vanguardia, periódico catalán por excelencia, comparte portada con el penoso asunto de corrupción de Jordi Pujol y su familia. El que parecía sempiterno presidente de la Generalitat –estuvo 23 años en el poder- está bajo investigación por fortuna familiar oculta en el Principado de Andorra, así como, en el caso de su hijo de igual nombre, por cobro de comisiones a cambio de la adjudicación de grandes obras en la administración catalana.
Jordi Pujol (padre) es el mentor político de Artur Mas, el líder catalanista que ha llevado a cabo el proceso para conseguir un Estado independiente. El caso de presunta corrupción de Pujol se destapó justamente cuando Mas comenzó con sus consultas populares “soberanistas”.