Los ataques acústicos contra más de 20 diplomáticos estadounidenses basados en La Habana son "una atroz violación" a las normas internacionales y el Gobierno de Donald Trump debe tomar medidas, dijo en un editorial el diario Providence Journal, de Rhode Island.
El texto advirtió que sería "decepcionante" el cierre de la Embajada de Estado Unidos en La Habana, pero a la vez dijo que "no podemos mantener relaciones con un país que considere oportuno atacar y perjudicar permanentemente a nuestros diplomáticos".
El periódico aludió además a la petición realizada por cinco políticos estadounidenses para que sean expulsados los diplomáticos cubanos de Washington y se decrete el cierre de la embajada en caso de que Cuba no tome "medidas tangibles".
"Nuestro gobierno ciertamente no ha maltratado a los diplomáticos cubanos estacionados en Washington", dijo el texto. "El ataque es una atroz violación de las normas que rigen las relaciones entre los Estados soberanos".
La cadena CBS tuvo acceso a finales de agosto de las actas médicas de diplomáticos estadounidenses sometidos junto con sus familiares en La Habana a algún tipo de arma acústica.
El medio dijo que habían sido diagnosticados con condiciones tan serias como lesión cerebral traumática leve y probables daños al sistema nervioso central.
Los incidentes han desafiado la evaluación por parte del Gobierno de EEUU de que Cuba es un país seguro para sus diplomáticos y sus familiares, y ha tensado aún más las hostilidades entre ambas naciones que restablecieron las relaciones diplomáticas en agosto del 2015.
El diario de Rhodes Island expone que ni la política de embargo económico de décadas de duración, ni el plan del expresidente Barack Obama de acercarse al gobierno comunista han resultado para conseguir cambios en la isla.
El caso se ha ido conociendo gradualmente. Un alto funcionario estadounidense dijo a CNN que hubo cerca de 50 ataques contra los diplomáticos y algunos fueron atacados múltiples veces.
Investigadores no han determinado hasta ahora la causa de los incidentes que han afectado gravemente la salud de los diplomáticos. El propio mandatario Raúl Castro se mostró sorprendido por el asunto y negó la participación de su gobierno.
El canciller de la isla, Bruno Rodríguez, pidió en la ONU que no sea "politizado" el tema.
Ambos países abordaron la pasada semana los incidentes durante el tercer diálogo sobre aplicación de la ley, realizado en Washington D.C.
Estados Unidos, por su lado, ha orientado una investigación "agresiva" y no descarta el cierre de su embajada en La Habana.
Diplomáticos canadienses también han sufrido problemas de salud similares, según funcionarios estadounidenses y canadienses.
[Escrito por Rosa T. Valdés, con reporte de Providence Journal]