Ante la creciente crisis de transporte y la escasez de combustible, las motos eléctricas conocidas como “motorinas” ganan cada vez más espacio dentro de la población cubana, pero se han convertido en un peligro para conductores y transeúntes.
"La mayoría de las personas que andan en las motorinas, por lo general jóvenes, no tienen la licencia para conducirlas, y tampoco usan las medidas de protección requeridas", destaca el periodista independiente Jorge Bello Domínguez, residente en Artemisa.
Según el Artículo 264 de la Ley 109 (Código de Seguridad Vial, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular y vigente desde 2010) se requiere de licencia de conducción para manejar un vehículo de por lo menos dos ruedas, con motor térmico de cilindrada inferior a 50 centímetros cúbicos o con motor eléctrico cuya potencia no supere los 1.000 watts, y una velocidad máxima de hasta 50 kilómetros por hora.
Pero el problema no es solo en los municipios Bauta, Güira de Melena y Artemisa donde hay una gran circulación de motorinas en las calles.
"En todo el país hay cantidad de motorinas en las calles a toda velocidad, y se convierten en un peligro para los transeúntes, señaló Bello.
"Yo me ha encontrado con menores de 16 años conduciéndolas, y eso es peligroso", aseguró.
En Santiago de Cuba, también los transeúntes se quejan, destaca un reportaje del comunicador Yosmany Mayeta, en el que recoge opiniones de un conductor que señala que "cualquier persona te choca, y no lo puedes denunciar porque se da a la fuga".
El precio de las motos eléctricas oscila entre 2.000 y 2.500 CUC (equivalentes a unos 50.000 pesos moneda nacional) una cifra que para el ciudadano con salario promedio de 25 CUC al mes es inalcansable.
No obstante, "hay quien hace todo tipo de sacrificios y la compra, porque además de ser más confortables que las bicicletas, no consumen combustible", que en estos momentos tiene un alto precio en el mercado local, dijo Bello.
Las motorinas se introducen a la isla a través de Aduanas de manera legal y fiscalizada, con una completa inspección y certificado. La carga eléctrica les dura por un espacio de cuatro horas en servicio, en unos 130 kilómetros de recorrido.
A juicio del reportero, el inconveniente mayor es que la mayoría de los servicentros del país todavía no cuentan con un servicio de suministro eléctrico, y en las calles tampoco hay tomacorrientes disponibles para esos fines.
(Redactado por Idolidia Darias, con información de Jorge Bello Domínguez y Yosmany Mayeta)