Cuba, con hambre de efectivo, no cumplió con sus planes de exportación e importación hasta junio de este año en medio de una grave escasez vinculada a su dependencia de alimentos, combustible y otros insumos para la agricultura y la manufactura en el extranjero.
La viceministra primera de Economía, Leticia Morales, dijo el martes a una comisión de la Asamblea Nacional que las ganancias por las exportaciones alcanzaron los 1.300 millones de dólares, el 35,7% de las expectativas, mientras que las importaciones registraron 4.400 millones de dólares.
La funcionaria informó que el turismo, el níquel, el azúcar y otras divisas negociables no alcanzaron los ingresos previstos.
La prensa extranjera acreditada en La Habana no fue convocada a la reunión de las comisiones parlamentarias.
El reporte de la agencia estatal de noticias Prensa Latina no sorprende a los residentes que no han visto disminuir la escasez de alimentos, medicinas, combustible y otros bienes básicos desde el 2020 y han desafiado la inflación de tres dígitos, lo que ha provocado protestas diversas y una emigración récord.
Morales no aclaró si los planes de importar más de 9.000 millones de dólares y exportar 3.600 millones de dólares este año habían cambiado.
En la comparación con el año 2019, el país reportó exportaciones por 12.600 millones de dólares e importaciones por 11.000 millones.
Morales también señaló que el Producto Interno Bruto de Cuba cerró el año pasado con un crecimiento del 1,8% en comparación con el 2% anunciado anteriormente. El PIB estaba 8 puntos por debajo de su nivel previo a la pandemia cuando comenzó el año.
Cuba pronosticó un crecimiento del 3% este año, mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) lo situó en la mitad de esa cifra.
La Habana publica poca información actualizada sobre su cuenta corriente. El Gobierno informó por última vez que su deuda externa era de 19.600 millones en 2019.
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