Cuba abrió este lunes su economía a nuevas estructuras empresariales: entró en vigor la normativa que autoriza por primera vez la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) e instituye nuevas reglas para las cooperativas no agropecuarias y del sector privado.
“Todo lo que sean aperturas al capital privado de inversión es positivo para la ciudadanía, en primera instancia, y para el país, en segunda instancia. Todo lo que sea cambiar definitivamente el modelaje obsoleto de la economía central por una economía solvente, plural, es fundamental para comenzar a cambiar la percepción social que la gente tiene sobre lo que es el capitalismo y de qué manera se desarrollan los esquemas de la economía capitalista”, indicó el economista Roberto Díaz Vázquez, director de la Fundación Logos, un centro con sede en La Habana que promueve el desarrollo de la economía de mercado y políticas de cambio en Cuba.
“Una ley de pymes en Cuba no es una cosa pequeña para un gobierno centralizado como éste, para un gobierno autoritario como éste. Una ley de pymes es una puerta abierta a oportunidades de crecimiento económico progresivo, donde las personas se vean como propietarios, como dueños de algo que hasta ayer estaba completamente en manos del Estado”, apuntó el especialista.
Las MIPYMES pueden ser de propiedad privada, estatal o mixta. Las pequeñas pueden tener como máximo diez integrantes, las medianas 35 y las grandes hasta 100 personas. Podrán exportar e importar, aunque siempre a través de entidades estatales.
Al respecto el economista Mauricio de Miranda señaló en su artículo “Microempresas, pequeñas y medianas empresas en Cuba y sus limitaciones” que “las prohibiciones de comercializar de forma privada ciertos bienes que podrían tener alta demanda se mantiene como una fuerte limitación al desarrollo del mercado. En esta misma línea se ubica la prohibición de actividades de almacenamiento y depósito”.
Miranda subrayó que la cantidad de prohibiciones “demuestran las excesivas limitaciones impuestas al desarrollo de la actividad empresarial privada a escala de micros, pequeñas y medianas empresas; en un momento en el que ellas deberían servir como importantes mecanismos para impulsar el desarrollo de la producción y los servicios en el país. Se hace evidente que no existe la voluntad política real de las autoridades cubanas de generar reformas estructurales profundas para salir de la crisis”.
El Ministerio de Economía y Planificación será el encargado de la aprobación de la creación de las MIPYMES.
Las MIPYMES de propiedad privada solo pueden ser fundadas por personas naturales residentes permanentes en Cuba, mayores de 18 años pero excluye a los emigrados que muchas veces son los dueños del capital para formar una pyme.
La nueva norma igualmente dejó en libertad a estas cooperativas para actuar fuera de sus provincias, incluso con sucursales en otros territorios.
En el caso de las estatales, serán constituidas por las personas jurídicas aprobadas por el Ministerio de Economía y Planificación, mientras las mixtas serán compuestas por personas naturales y jurídicas de diferentes tipos de propiedad.
Una de las cuestiones que preocupan a expertos y propietarios es la discrepancia entre el imperativo de importar insumos, que tiene que ser a través del Estado y pagados en dólares, y la imposibilidad de adquirir esa moneda legalmente, pues los bancos no la venden.
“La ley tiene limitaciones. El mismo hecho de no reconocer abiertamente que no se necesita una ley para invertir dentro del propio país, que no es necesaria una ley para desarrollar una economía de mercado, que no es necesaria una ley para determinadas profesiones. El no reconocer estos puntos ya de por sí es una limitante al libre ejercicio de la economía privada”, puntualizó Díaz Vázquez.
“Hoy, aún sin conocer plenamente la verdadera intención política del gobierno cubano, si tenemos con claridad definido hacia dónde no quiere seguir yendo o donde no quiere permanecer, que es en los viejos y desfasados modelos que han tenido la consecuencia directa en todo lo que les ha hecho peligrar su permanencia en el poder”.
“Cuba se está moviendo y es innegable que no se está moviendo por voluntad política del gobierno cubano. Se están moviendo por una voluntad social, una mentalidad profundamente cívica que está llevando a la gente a sacar conclusiones y a tomar decisiones que transitan, no por lo que el proceso ideológico impuesto les está diciendo, sino que transitan por la propia experticia de vida que tiene el individuo”.
“Más allá de las limitaciones que la ley tiene, y son muchas, prefiero pensar en las oportunidades que se abren para el ciudadano cubano de poder invertir dentro de su país y de poder ganar dinero de manera legal, incluso con las limitaciones que la ley impone”, concluyó el ejecutivo de la Fundación Logos.