El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) anunció que revertirá la política de castigo que aplicaba a los médicos cubanos que han salido de Cuba, ya sea en misiones o de manera regular, y ahora les permite volver a la isla y ejercer su profesión.
Hasta hoy, el Gobierno cubano les prohibía regresar a Cuba en cinco, ocho o 10 años e incluso de por vida, una vez que habían abandonado su misión en el extranjero. A sus hijos, aunque fueran menores de edad, se les impedía salir del país. Lo mismo sucedía con los cónyuges.
Quienes habían salido definitivamente del país, con un permiso del Ministro de Salud que podía tardar hasta cinco años, al volver a la isla no podían ejercer su profesión.
Este viernes, en un editorial publicado en Granma dedicado a elogiar el Sistema Nacional de Salud Pública, el MINSAP anuncia que "los profesionales de la salud que bajo los términos de la actualización de la política migratoria han salido del país, ya sea por un interés económico, familiar o de índole profesional, incluyendo aquellos víctimas de las engañosas prácticas del vulgar robo de cerebros, tienen la oportunidad, si así lo desean, de reincorporarse a nuestro Sistema Nacional de Salud".
El Ministerio de Salud insiste en "la necesidad de establecer negociaciones para la contratación de recursos humanos a través de convenios institucionales, que permitan balancear y actualizar la disponibilidad de nuestros profesionales, sin dejar desprotegidos los servicios de salud a la población".
Se calcula que Cuba tiene repartidas por el mundo 51.000 personas gestionadas con contratos de la Comercializadora de Servicios Médicos de Cuba, que tiene convenios con 67 países. Se trata del primer ingreso de la economía cubana, con unos $10.000 millones anuales. La mayoría de ellos trabajan en Venezuela y Brasil.
La nota critica la contratación de médicos cubanos en otros países "para el ejercicio privado de la medicina", algo que aseguran "viene ocurriendo incluso en países amigos, aun cuando sus gobiernos no favorecen ni comparten tales procedimientos".
El MINSAP acusa al Gobierno de Estados Unidos de ser uno de "los principales artífices del robo de talentos... que desde los primeros años del triunfo de la Revolución nos obligó a adoptar controles y regulaciones migratorias para contrarrestar esta situación y ha continuado en su interés desestabilizador mediante sorteos, emigración selectiva y la Ley de Ajuste Cubano".
Particularmente critican el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos (Cuban Medical Professional Parole Program, CMPPP), del que aseguran está "diseñado para incitar la deserción de los profesionales de la medicina cubana durante el cumplimiento de sus misiones en terceros países, establecido por el gobierno de George W. Bush desde agosto del 2006. Para ello, cuenta con agentes y activistas en los lugares donde laboran nuestros médicos mediante convenios gubernamentales, que presionan y ofertan facilidades de todo tipo a quienes deserten y emigren al territorio norteamericano con la promesa de un mejor futuro profesional, que en realidad solo es posible alcanzar por una exigua minoría".
En el editorial de Granma, el MINSAP promete mejorar las condiciones de vida y trabajo de los médicos, otorgarles acceso a las tecnologías de la información, conceder becas en el extranjero, ampliar la modalidad de misiones de colaboración por períodos cortos (grupos itinerantes) y propiciar la participación en congresos y eventos nacionales e internacionales.