La Seguridad del Estado amenazó con abrir nuevos procesos penales a las presas políticas Saylí Navarro y Sissi Abascal, encarceladas por participar en las protestas populares del 11 de julio de 2021, en la prisión de mujeres La Bellotex.
“El domingo 8 de diciembre, fue detenida la Dama de Blanco Lázara León, en Perico, por el miembro de la Seguridad del Estado, Orlando Figueroa. La advirtió de que se quitara de las Damas de Blanco porque podría ser encarcelada como Saily Navarro y Sissi Abascal”, relató a Martí Noticias, la madre de Navarro, Sonia Álvarez Campillo.
“Le dijo que ellos [los agentes de la policía política] les pueden fabricar a las dos Damas de Blanco una causa dentro de la prisión, para que se complicaran más, y les podrían echar más años”.
La “fabricación” de nuevas causas a presos políticos es un mecanismo de intimidación utilizado, frecuentemente, por la Seguridad del Estado. Así ha sido registrado por el independiente Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, en más de un informe.
En estos procesos penales no solo están envueltos los agentes de la Seguridad del Estado, sino que participan en ellos oficiales penitenciarios, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y funcionarios del sistema judicial, que violan, impunemente, el debido proceso y las garantías constitucionales.
Sissi Abascal, de 27 años, y Saylí Navarro, de 41, fueron sentenciadas bajo cargos de “desacato”, “atentado” y “desorden público” tras unirse a las manifestaciones antigubernamentales del verano de 2021.
Las dos mujeres, a menudo critican en llamadas telefónicas las pésimas condiciones de la prisión, así como las arbitrariedades de los mandos carcelarios.
Álvarez Campillo agregó que está preocupada por las medidas represivas que las autoridades penitenciarias, en colaboración con oficiales de la policía política, están aplicando a las dos Damas de Blanco.
“En estos momentos, Saylí y Sissi tienen a una militar a la hora de su llamada telefónica con sus familiares. Cuando ellas quieran decir una denuncia o quieran hablar sobre lo que les han hecho, o las cosas que le hacen dentro de la prisión, la militar tiene la orden de tumbarle la llamada telefónica”.
Las llamadas telefónicas de los reclusos son grabadas en los establecimientos penitenciarios de diferentes países, excepto cuando la conversación es con su representante legal.
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