Mediante el envío marítimo de contenedores, de 40 pies, han llevado a la isla los funcionarios del régimen acreditados en Estados Unidos más de 280 mil libras de mercancías, según documentos de envío que ha publicado este viernes el sitio digital ADN Cuba.
Son unas 280 mil libras en edredones, literas, minibares, colchones, almohadas, sabanas, espejos, calentadores de piscinas, refrigeradores, herramientas eléctricas, computadoras, televisores, ollas eléctricas, accesorios para autos, lavadoras, batidoras, cocinas, equipos de música y aires acondicionados son algunas de las mercancías que los diplomáticos cubanos en Estados Unidos mandan para la Isla por barco.
Documentos publicados por el portal digital ADN Cuba reflejan los envíos a varios puertos de la isla con casi 280,530 mil libras de la mercancía mencionada por los funcionarios del régimen tanto en la embajada en Washington DC, como la representación ante las Naciones Unidas en Nueva York en 2018 y 2019.
Las cargas han partido desde el puerto de Jacksonville, en el norte de la Florida. Y los documentos muestran las salidas, tanto el 23 de noviembre del 2019, como del 15 de junio del 2018 y el 5 de julio del 2018.
Se describe la carga, en una de las guías (7/5/2018), como efectos personales, para un total de 50,679 libras o 23,036 kilogramos.
Uno de los contenedores, afirma la publicación digital especializada en temas cubanos, tenía como destino el puerto de Gibara, en el oriente de Cuba, con 962 piezas de efectos personales para un total de 50 679 libras de mercadería no especificada, según la guía de carga consultada por ese medio de prensa.
En los documentos que cita ADN Cuba, se mencionan a los remitentes de los contenedores y aparecen el primer secretario Roberto Alexander Valdivia Castillo, Yinet Abreu Amaro, traductora e intérprete en la misión permanente de Cuba en la ONU. También en esa categoría se señalan a Pedro Luis Rodriguez Fleitas y Enrique Sardina Ronda.
Explica la población digital que “los funcionarios diplomáticos del gobierno castrista tienen facilidades para importar a Cuba mercancías, a diferencia de los cubanos en el exilio. Si no fuese de esta manera, toda la mercadería que ingresaron tan solo en los años aquí mencionados, les habría costado más de 400,000 dólares sin contar los impuestos de entrar ese número de batidoras, refrigeradores, neveras y miles de objetos enviados, suficientes para llenar una tienda”.