El secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, reconoció este domingo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la ONU hace hoy 69 años, es un "faro de esperanza" para aquellos que son oprimidos por Gobiernos "represivos" o "explotados para el beneficio de otros".
"Para aquellos que son atrapados o desplazados por disturbios internos o para aquellos que luchan contra gobiernos represivos y son explotados para el beneficio de otros, la Declaración Universal de los Derechos Humanos es un faro de esperanza", dijo Tillerson en un comunicado.
"Defender los derechos humanos y la democracia es una prioridad en política exterior que representa las mejores tradiciones de nuestro país", añadió.
El jefe de la diplomacia estadounidense hizo esas declaraciones en el Día Internacional de los Derechos Humanos, que cada 10 de diciembre conmemora la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos por la ONU en 1948, poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Con motivo de la conmemoración de estos hechos, Tillerson aprovechó para "renovar" el compromiso de Estados Unidos con sus "valores democráticos fundamentales" y su defensa "por los derechos humanos, la libertad y la dignidad de todas las personas".
"Estados Unidos insta a todas las naciones a respetar sus compromisos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y aplicarlos por igual a todos. El mundo es más seguro cuando cada persona puede alcanzar su máximo potencial, y todas las naciones son libres de la tiranía", subrayó.
En representación de EEUU, la exprimera dama Eleanor Roosevelt participó en la comisión que se encargó de redactar la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Ella fue, entre 1945 y 1952, la primera representante permanente de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, un cargo que ocupa ahora Nikki Haley.