A continuación, un editorial que refleja la postura del Gobierno de los Estados Unidos:
El presidente Donald Trump y Mohammed bin Salman, príncipe heredero del Reino de Arabia Saudita, finalizaron una serie de acuerdos históricos que profundizan la alianza estratégica entre Estados Unidos y Arabia Saudita, amplían las oportunidades de empleos estadounidenses bien remunerados, fortalecen las cadenas de suministro críticas y refuerzan la estabilidad regional.
Estos acuerdos se basan en la exitosa visita del presidente Trump a Riad en mayo y en los 600 mil millones de dólares en compromisos de inversión saudíes que se consiguieron para Estados Unidos en ese momento.
En una importante ampliación de esta alianza, el Príncipe Heredero anunció que Arabia Saudita aumentará sus compromisos de inversión en Estados Unidos a casi un billón de dólares.
Mediante los acuerdos alcanzados con Arabia Saudita, el Presidente Trump está posicionando a Estados Unidos como líder en energía y tecnología avanzada, al tiempo que garantiza la resiliencia de las cadenas de suministro.
Estados Unidos y Arabia Saudita firmaron una Declaración Conjunta sobre la Finalización de las Negociaciones de Cooperación en Energía Nuclear Civil, que sienta las bases legales para una alianza multimillonaria de energía nuclear con el Reino, que se extenderá por décadas.
Estados Unidos y Arabia Saudita también firmaron un Marco para Minerales Críticos con el fin de diversificar y salvaguardar las cadenas de suministro de minerales críticos.
Estados Unidos y Arabia Saudita firmaron un histórico Memorando de Entendimiento sobre inteligencia artificial que otorga al Reino acceso a sistemas estadounidenses de vanguardia, al tiempo que protege la tecnología estadounidense de la influencia extranjera.
El Presidente Trump está impulsando la seguridad nacional de Estados Unidos mediante la creación de acuerdos que fortalecen la disuasión regional, amplían la base industrial estadounidense y garantizan que socios como Arabia Saudita asuman una mayor responsabilidad en la lucha contra las amenazas comunes.
El presidente Trump y el príncipe heredero Mohammed bin Salman firmaron el Acuerdo Estratégico de Defensa entre Estados Unidos y Arabia Saudita, facilitando así las operaciones de las empresas de defensa estadounidenses en Arabia Saudita, asegurando nuevos fondos de Arabia Saudita para sufragar los costos estadounidenses y reafirmando que el Reino considera a Estados Unidos su principal socio estratégico.
El presidente Trump aprobó un importante paquete de ventas de defensa, que incluye futuras entregas de aviones F-35, lo que fortalece la base industrial de defensa de Estados Unidos y garantiza que Arabia Saudita continúe comprando productos estadounidenses.
Según la Casa Blanca, el compromiso de inversión de Arabia Saudita de casi un billón de dólares en infraestructura, tecnología e industria estadounidenses beneficiará directamente a las comunidades estadounidenses.
El Departamento del Tesoro y el Ministerio de Finanzas saudí firmaron acuerdos para mejorar la colaboración en tecnología, estándares y regulaciones de los mercados de capitales, y profundizar la alianza con instituciones financieras internacionales.
Ambos países también impulsaron nuevas oportunidades de inversión que expandirán las exportaciones estadounidenses y reducirán las barreras comerciales, lo que representa un beneficio directo para los fabricantes estadounidenses.
En conjunto con las iniciativas anunciadas sobre minerales críticos, energía nuclear, inteligencia artificial y defensa, estos acuerdos crearán empleos estadounidenses bien remunerados, impulsarán el liderazgo tecnológico de Estados Unidos y generarán enormes beneficios para los trabajadores y las familias estadounidenses durante las próximas décadas.
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