Estados Unidos prohibió al expresidente de Ecuador, Rafael Correa, y al exvicepresidente, Jorge Glas, entrar a Estados Unidos debido a su implicación en casos de corrupción, dijo el miércoles el Departamento de Estado.
"Correa y Glas abusaron de sus cargos como expresidente de Ecuador y exvicepresidente de Ecuador, respectivamente, al aceptar sobornos, incluso a través de contribuciones políticas, a cambio de conceder contratos gubernamentales favorables", dijo en un comunicado el vocero Matthew Miller.
El funcionario añadió que también prohibió a los cónyuges e hijos de los exfuncionarios ecuatorianos entrar a territorio estadounidense.
“Estados Unidos respalda a los ecuatorianos, incluidos los miembros de la sociedad civil, las fuerzas del orden y los periodistas de investigación, comprometidos con aumentar la transparencia gubernamental y exigir cuentas a los funcionarios públicos corruptos”, dijo Miller.
Asimismo expresó que “las disposiciones anticorrupción, incluidas las de los contratos de compras gubernamentales, ayudan a garantizar que el gobierno cumpla con sus ciudadanos” y que la designación de ambos exfuncionarios reafirma el compromiso de Estados Unidos de “combatir la corrupción global, incluso en los niveles más altos del gobierno”.
Correa reaccionó a la medida en la red social X diciendo que busca "desviar la atención del desastre de gobierno de Daniel Noboa, en su peor momento”, en alusión a la crisis energética y la ola de violencia en el país andino.
En 2020 la justicia ecuatoriana determinó que Correa y Glas —junto a otros 18 funcionarios y empresarios— lideraron una trama de corrupción que operó entre 2012 y 2016 y señaló que unos 7,55 millones de dólares recibidos en aportes ilegales fueron utilizados para promocionar al entonces partido de gobierno, Alianza País.
Correa fue declarado culpable en ausencia y fue sentenciado a ocho años en prisión. Ha vivido en el exilio en Bélgica desde 2017.
Glas está recluido desde abril en una cárcel de Guayaquil luego de su captura durante la irrupción de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Quito, que ocasionó la ruptura de relaciones bilaterales.
Tanto Glas como Correa se han defendido de los señalamientos y han asegurado que se trata de una persecución política en su contra.
(Con información de Reuters y AP)
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