Los campesinos cubanos tendrán que comprar sus insumos en dólares según el anuncio del Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura (GELMA), encargado de la comercialización mayorista de materias primas y equipos especializados al sector.
“Hasta ahora las máquinas que tienen los campesinos, ya sean tractores, motosierras o implementos para regadío, se las han agenciado a través del comercio informal y proceden de empresas estatales que las han declarado en desuso. Los particulares las compran y reparan para utilizarlas”, dijo a Radio Televisión Martí, Esteban Ajete, presidente de la Liga de Campesinos Independientes.
“El nuevo mecanismo es muy cuestionable”, aseguró, por su parte, el licenciado en Contabilidad y Finanzas, Germán Manuel González, quien se desempeñó por más de 20 años en la esfera agroalimentaria y forestal.
“No existe un mercado formal estable para la compra de dólares, el que labora la tierra tendrá que recurrir al mercado negro para conseguirlos y adquirir los materiales necesarios para garantizar el rendimiento”.
“Esta medida responde a la progresiva dolarización de la economía y además pone a los trabajadores agrícolas en una situación que no tiene nada que ver con la eficiencia de su gestión, ya que si no tiene divisas, no tiene acceso a las materias primas ni maquinarias”, puntualizó el especialista y agregó:
“Cobran su producción en moneda nacional, excepto cuando ésta va destinada a la venta en el mercado interno en divisa o al turismo, que se le da un componente de las ganancias”.
“El gobierno está estimulando la ilegalidad”, destacó González, porque “los productores van a tratar de vender más por vías extraoficiales para lograr mayor cantidad de dinero y obtener los elementos imprescindibles para cultivar”.
El agricultor privado es el responsable de casi el 80% de la producción nacional de viandas y hortalizas, con 2,63 y 2,38 millones de toneladas respectivamente.
“Incluso, suponiendo que GELMA, además de vender en moneda dura también lo haga en moneda nacional, obviamente, si tiene un saco de fertilizante lo va a vender en dólares”, apuntó.
“La consecuencia será que el campesino venderá sus productos a un precio mucho más alto, lo que terminará en el perjuicio a la población. Se va a generar una notable alza del valor de los productos agropecuarios”, resaltó.
El fenómeno de la dolarización, calificado en la Isla por algunos expertos como un "apartheid económico", se instala paso a paso en toda la sociedad cubana, fruto de la estrategia del propio Gobierno.
En ese sentido el líder agrario indicó que “se ampliará aún más la brecha que ya existe, entre los privilegiados, como los que trabajan el tabaco u otros cultivos que el país exporta, a los que les pagan un porciento de sus cosechas en Moneda Libremente Convertible (MLC), y la otra parte del campesinado que produce para el consumo nacional y no es bien remunerado”.
“Vamos hacia la concentración de la tierra en manos de los que tengan dólares. Porque aquellos que no ganen en dólares tendrán que vender o ceder sus fincas a los que puedan comprarlas”, denunció Ajete.
Asimismo, en conversación con nuestra redacción, el prestigioso economista Mauricio de Miranda Parrondo, Profesor Titular de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, Colombia, concluyó:
“Una dolarización parcial va a profundizar los niveles de diferenciación en la sociedad y sobre todo, es un proceso de diferenciación social y de diferenciación en la distribución de los ingresos, que no tiene nada que ver ni con las aptitudes, ni con la eficiencia, ni con el esfuerzo productivo de nadie, sino sencillamente el único elemento diferenciador es tener acceso a la divisa por la existencia de vínculos con personas del extranjero, es decir, no hay una igualdad de oportunidades. Esa desigualdad de oportunidades luego se traduce en una desigualdad en la distribución de los ingresos”.
“Así, yo creo que lo que habría que hacer es una unificación monetaria y establecer un sistema cambiario que realmente garantice la convertibilidad de la moneda cubana y que absolutamente todo, se haga en pesos cubanos, porque si algunas cosas se van a hacer en dólares, lo mejor sería dolarizar plenamente la economía y eso significaría claramente la pérdida de la soberanía monetaria del país. Pero esa es la responsabilidad que tendría que adoptar el gestor de política económica cuando se toman ese tipo de decisiones”, dijo el profesor.