Esposas de presos políticos cubanos insisten en seguir abogando por la libertad de sus familiares en la isla sobre todo en estos momentos de pandemia en que las pésimas condiciones de higiene y hacinamiento de las cárceles pueden incidir en la salud y la vida de muchos de ellos.
La única vía de comunicación que ha quedado con sus familiares desde que el gobierno prohibió las visitas es la llamada telefónica semanal y la entrega, una vez al mes, de una jaba con alimentos, sin embargo las autoridades carcelarias "no siempre han cumplido con eso y se niegan a liberar, al menos, los más enfermos", dijeron tres familiares de encarcelados a Radio Televisión Martí.
Lucinda González señaló que desde el 23 de abril en que tuvo una breve comunicación con su esposo Silverio Portal en la cárcel 1580 de La Habana, no ha sabido más de él.
Añadió que ese día a Silverio Portal tras sufrir una isquemia transitoria le permitieron hablar unos minutos por teléfono y se dio cuenta que no estaba bien, pero desde entonces la falta de noticias aumenta su preocupación por días.
Su enfermedad va avanzando, no sé si está recibiendo medicamentos, y no le han permitido hablar conmigo, por eso "tengo que pensar que algo ha pasado", alertó.
El código penal cubano contempla el derecho a la libertad condicional, tras haber cumplido al menos la mitad de la condena.
En este momento en que avanza el peligro de contagio de coronavirus en las prisiones de Cuba, Portal pudiera recibir ese beneficio, atendiendo a su estado de salud, sin embargo "nunca se lo han otorgado", pese a las reiteradas peticiones de la esposa.
Tampoco José Rolando Casares, confinado en la cárcel Cuatro y Medio de Pinar del Río, ha recibido ese beneficio, recalcó su esposa Yamilka Abascal, que ahora espera por una segunda petición de libertad condicional a favor del activista.
Desde marzo no ha tenido visitas y este lunes supo que tiene cálculos renales pero no había medicamentos en el hospital y "una vecina me los consiguió, por eso se los pude mandar".
Como todas las familias Abascal solo puede dejarle en las afueras de la cárcel algunos alimentos una vez al mes para que las autoridades carcelarias se los entreguen.
Mitzael Díaz Paseiros está en la prisión "La Pendiente" de Santa Clara y su esposa Arianna López dijo que no lo ve desde hace dos meses.
"Me preocupa mucho su salud con esta situación de la pandemia pues él tiene serios problemas cardiovasculares que podrían llegar a ser mortales".
Agregó que también las pésimas condiciones de higiene y el hacinamiento en que los mantienen atentan no solo contra él.
"Toda la población penal está en peligro", apuntó.
López insistió en que es urgente seguir abogando por la libertad de todos los encarcelados y recordó que "hay presos políticos enfermos, hay presos muy ancianos, hay otros con muchos años cumplidos de injusta condena".
Esos hombres y mujeres no han cometido ningún delito y están pagando con su libertad el precio de tener el valor de luchar contra la dictadura, recordó.
"Nos toca a nosotros no permitir que pierdan sus vidas por tan noble sacrificio, debemos luchar sin descanso por ellos", concluyó la activista.
Desde el comienzo de la pandemia miembros de la oposición en la isla han hecho hincapié en la situación de los presos políticos, muchos de ellos confinados en condiciones deplorables.
Entre los meses de marzo y abril de este año las autoridades cubanas anunciaron que habían concedido la excarcelación anticipada a 6.579 reos sin embargo esa decisión no recayó en los presos políticos cubanos.
