Los presos políticos Francisco Rangel Manzano y Félix Navarro, opositores miembros del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel (PDPLB), recibieron por estos días visita familiar en las prisiones matanceras del Combinado del Sur y Agüica.
Ambos fueron arrestados en las localidades de Colón y Perico a raíz de las protestas populares ocurridas en toda Cuba el 11 de julio.
Tras varios cambios de prisión, Rangel Manzano pudo ser visitado por su esposa Regla Burunate el pasado 18 de noviembre.
Burunate dijo a Radio Martí que su esposo fue trasladado de vuelta al Combinado del Sur “esposado de pies y manos” y, al día siguiente, pidió ver al director del penal, a quien explicó que “en las tres cárceles en las que él ha estado, las aspirinas siempre se le ‘pierden’ y que el papel “de su esposa, de la visita al ‘pabellón’ (conyugal), que es un papel con un cuño, tampoco se lo llevaron para allí, (para el combinado)”.
Respecto a Félix Navarro, líder del PDPLB, Burunate expresó que finalmente pudo tener contacto con su esposa y su hija, Saylí Navarro, quien también está a la espera de juicio por su activismo político.
El vicepresidente del Consejo para la Transición en Cuba permanece en la cárcel de Agüica.
El opositor de 67 años y enfermo de diabetes fue encontrado por sus familiares “muy delgado”, a causa de la reciente huelga de hambre realizada en prisión y al parecer, tiene un pulmón lesionado como secuela de haberse contagiado de COVID-19 durante su estancia en la cárcel.
Además, a falta del medicamento habitual para el control de la diabetes está usando otro fármaco que le causa fuertes trastornos intestinales, aseguró Burunate.
No obstante su estado, la esposa e hija del opositor matancero lo definieron “muy firme” en sus convicciones.
Navarro, al igual que José Daniel Ferrer, líder de UNPACU, fue prisionero político y de conciencia en el año 2003, en el conocido como “Grupo de los 75”, integrado por opositores, activistas y periodistas independientes, que fueron detenidos en una operación masiva sin precedentes hasta entonces, conocida en todo el mundo como “La Primavera Negra de Cuba”.
Al recibir la libertad condicional, a Navarro le faltaban por cumplir ocho años de condena por lo cual la familia teme que al igual que ocurrió con Ferrer, las autoridades revoquen este cambio de medida y le hagan cumplir el tiempo restante en prisión.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)