“Hasta ahora la respuesta de la comunidad internacional sobre Cuba ha sido disfuncional. Por un lado, está el embargo de los EE.UU., que genera una enorme distracción, porque permite a Cuba mostrarse como una víctima, cuando en realidad ellos son responsables de grandes violaciones de DD.HH. Y, por otro, tenemos una política de la Unión Europea que condena el embargo, que tiene a veces voces fuertes en relación con Cuba, pero no son consistentes”, dijo al diario español ABC Juan Pappier, investigador sénior de Human Rights Watch (HRW) para América Latina.
Pappier, quien habló con el periódico sobre el informe anual de HRW publicado la semana pasada, también criticó el papel que juega Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. “Ha tenido una posición bastante débil sobre Cuba. Solo se ha pronunciado una vez a lo largo de su mandato”.
“La falta de consenso global” para condenar la violación de DD.HH. es lo que permite que el régimen cubano siga cometiendo estas violaciones, dijo Pappier a ABC.
“El año 2021 en Cuba estuvo marcado por estas protestas históricas (del 11J) y por un aumento de demostraciones de la ciudadanía de que ha perdido el miedo y de que quiere un cambio, pero también por una brutal represión del régimen, que está aferrado al ‘statu quo’, no quiere aceptar este cambio y lo está frenando a fuerza de represión, censura y de obligar a cualquier que se atreva a censurar al régimen al exilio”, explicó el investigador de HRW.
ABC añadió que HRW defiende el levantamiento del embargo, «terminar con esa distracción», y lograr «una política multilateral y coordinada de condena» contra lo que sucede en Cuba.