Human Rights Watch (HRW) se sumó el martes a las organizaciones internacionales que acusan al gobierno cubano de explotar a sus profesionales de la salud cuando los envía al extranjero en misiones médicas.
“Nos alegra que se le dé atención médica a quien la necesite, y no nos oponemos al envío de médicos o enfermeros por parte de Cuba a sitios donde se requiere atención médica”, dijo en Nueva York Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, a la reportera de Radio Martí Carmen María Rodríguez.
“Lo problemático en el caso de Cuba son las condiciones a las que someten a quienes son enviados al extranjero: muchas veces se les separa de sus familiares, y con frecuencia se les paga una fracción de lo que el gobierno que recibe sus servicios paga por ellos; el resto va al cofre gubernamental de La Habana”, declaró Roth.
Le parece magnífico que el gobierno cubano quiera enviar a personas a trabajar a otros países, pero esos trabajadores tienen que hacerlo libremente y con el beneficio de su salario completo, añadió el director de HRW en la entrevista con Rodríguez.
La Habana no ha contestado una carta remitida en noviembre por Naciones Unidas en la cual califica de variante moderna de la esclavitud las condiciones de trabajo de los médicos cubanos en tales misiones.
“Las condiciones de trabajo reportadas podrían elevarse a trabajo forzoso, según los indicadores de trabajo forzoso establecidos por la Organización Internacional de Trabajo”, dice el documento. “El trabajo forzoso constituye una forma contemporánea de esclavitud”.
La exportación de servicios profesionales, especialmente los de salud, se ha convertido en el primer renglón de ingresos del Estado cubano. De acuerdo con cifras proporcionadas por La Habana, en 2019 Cuba habría recibido más de 6 mil millones de dólares por las misiones médicas en 67 países.
La carta de Naciones Unidas fue remitida por la Relatora Especial sobre las formas contemporáneas de esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias, y la Relatora Especial sobre la trata de personas, especialmente mujeres y niños.
Cuestiona también el carácter “voluntario” de las misiones, considerando que “muchos médicos se sienten presionados para acogerse a dichas misiones y temen represalias por parte de gobierno de Cuba si no participan”.
En muchos de los países adonde van a prestar sus servicios no les hacen contratos individuales de trabajo, y cuando los hacen, las autoridades cubanas se quedan con ellos y no se los entregan, indica la carta.
El gobierno cubano retiene una parte significativa del pago, y cuando el salario completo se entrega directamente al profesional de la salud, ella o él tiene que entregarle al gobierno entre el 75 por ciento y el 90 por ciento de lo que haya percibido, apunta las relatoras de Naciones Unidas.
“En muchos casos, el salario entregado al personal médico no le permitiría vivir dignamente”, dicen. Además, el gobierno de Cuba estaría <<congelando>> una parte del salario, al cual los médicos pueden acceder solo cuando regresen al país y, aun así, tampoco siempre reciben la totalidad del monto pendiente.