El Departamento de Estado denunció en su Informe Anual sobre los Derechos Humanos en el 2020, que el gobierno cubano siguió reprimiendo las libertades fundamentales del pueblo en un ambiente de impunidad y exportó sus métodos represivos a otras naciones.
El informe criticó las detenciones arbitrarias, particularmente las que ocurrieron “en lugares no registrados”.
“Hubo múltiples denuncias de activistas detenidos cuyo paradero se desconoció durante días o semanas porque el gobierno no registró estas detenciones”, precisó el Departamento de Estado.
Hubo informes recurrentes de que miembros de las fuerzas de seguridad y sus agentes “acosaron, intimidaron y agredieron físicamente a defensores de los derechos humanos…y que lo hicieron con impunidad”.
La periodista Camila Acosta fue una de las víctimas de esta represión y su caso fue mencionado en el informe.
"Después de que Camila Acosta comenzó a trabajar como periodista independiente en agosto de 2019, sufrió un acoso estatal casi constante y otros abusos por su trabajo", precisó.
"Desde febrero", añadió, "se vio obligada a mudarse al menos seis veces (incluidas varias durante el pico del brote de COVID-19) debido al acoso policial de sus propietarios por 'albergar a un disidente'. Fue arrestada arbitrariamente, detenida, maltratada, multada, amenazada e interrogada extensamente en muchas ocasiones".
“Está muy bien que el Departamento de Estado esté al tanto de lo que ocurre en Cuba”, dijo Acosta a Radio Martí. "Es importante que otros países también denuncien la situación en Cuba".
El informe denuncia que las técnicas de represión en Cuba fueron exportadas el año pasado. “Funcionarios de la Seguridad del Estado se desplegaron con frecuencia en países como Venezuela y Nicaragua, donde capacitaron y apoyaron a otras organizaciones en el uso de tácticas represivas y abusos de derechos humanos y, en ocasiones, participaron directamente en los abusos”.
Por ejemplo, “los miembros de las fuerzas de seguridad cubanas estaban integrados en los servicios de seguridad e inteligencia del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y fueron fundamentales para transformar la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela (DGCIM) de una pequeña organización enfocada en amenazas externas a una organización mucho más grande enfocada en vigilar a los venezolanos y reprimir la disidencia”.
(Resumen parte 2 del Informe Anual del Departamento de Estado)