Familiares y amigos del fallecido lanzador de los Marlins, el cubanoamericano José Fernández, le rindieron emotivo homenaje mientras la madre colocó sus cenizas en el mar el domingo, justo en el sitio donde perdió la vida durante un trágico accidente marítimo.
Su fallecimiento enlutó a Miami, la ciudad que lo acogió como a un hijo y que disfrutó cada instante de su ascendente y efímera carrera en Grandes Ligas.
"Estoy haciendo lo que a él le gustaba (...) fui al mar, donde ocurrió todo a echar todas la flores y echar sus cenizas como siempre habíamos hablado", dijo a través de una nota Maritza Fernández, madre del ya mítico pelotero.
La vida y muerte de Fernández, de 24 años, estuvo plagada de innumerables sucesos emotivos, que van desde sus varios intentos de salida ilegal de Cuba hasta la proeza de haber salvado a su madre de morir en el mar en el viaje en el bote que los trajo a Estados Unidos.
En sus primeras declaraciones tras el doloroso suceso, la madre de Fernández dijo que "aún no puede creer" lo ocurrido. También explicó que prefirió homenajearlo asistiendo el domingo a su restaurante preferido.
"Gracias a todos los que quisieron de corazón a mi hijo bello", dijo en la breve nota.
Imágenes del momento del homenaje muestran a Maritza escalando con ayuda de un hombre las rocas contra las que chocó el bote de su hijo el pasado 25 de septiembre. Ya en el lugar colocó globos y flores.
Otra fotografías muestran la embarcación en la que familiares y amigos llegaron al sitio, vistiendo todos camisetas blancas en las que se podía leer "José Day". Banderas cubanas y estadounidenses decoraron el bote.
Fernández fue despedido en una ceremonia privada el jueves en la Iglesia St. Brendan, en Miami.
Aún está abierta la investigación sobre el accidente en el que pereció junto a los dos amigos que lo acompañaban. Las autoridades están a la espera de los informes de toxicología.
