El colapso financiero de Cuba, la falta de recursos, el deterioro institucional y la desesperación del gobierno por sostenerse en el poder son los "puntos sobre las íes" de la columna publicada este lunes en The Wall Street Journal por la periodista Mary Anastasia O’Grady.
O’Grady describe una economía al borde del abismo: infraestructura colapsada, transporte paralizado, inflación descontrolada, y una población que sufre carencias básicas como el pan, la vivienda o los medicamentos.
Mientras, "la legendaria represión continúa", subraya.
La columnista señala con especial énfasis la eliminación inminente de la libreta de racionamiento, símbolo del fracaso de un modelo económico y político incapaz de sostener siquiera su oferta mínima de bienestar.
"A los padres les cuesta alimentar a sus hijos. En septiembre, el gobierno redujo las raciones de pan de 80 a 60 gramos diarios. En diciembre, después de más de seis décadas, finalmente anunció que eliminará la libreta de racionamiento, admitiendo que no puede proporcionar ni siquiera una lista limitada de alimentos básicos", detalló O’Grady.
Las autoridades cubanas vienen anunciando la eliminación paulatina de la libreta desde hace años, mientras cada vez son menos los productos de la canasta básica que llegan a las bodegas estatales, y en muchos casos con meses de retraso en la venta de los mismos.
En su escrito, la periodista subraya recientes medidas del régimen, como la congelación de cuentas en divisas a empresas extranjeras, que reflejan la bancarrota del Estado cubano. Lejos de atraer inversión, señala O’Grady, espanta las pocas existentes.
"Podría conseguir algunos millones. Pero perseguir las ganancias corporativas es como colgar un cartel de "cerrado" en una economía moribunda", señaló.
La columnista también recuerda que la deuda externa de Cuba —estimada en decenas de miles de millones de dólares— ha sido repetidamente condonada, un "ciclo de irresponsabilidad" que, según ella, ha terminado por agotar la paciencia internacional.
La periodista destaca la reciente sentencia judicial del Tribunal Supremo del Reino Unido que responsabiliza a Cuba por una deuda impaga desde 1984, lo que abre la puerta a futuras acciones legales contra el régimen.
La decisión judicial puso punto final al proceso entre el Banco Nacional de Cuba y el fondo de inversión CRF I Limited. El fallo, que confirmó a CRF como el acreedor legítimo de una deuda superior a los 72 millones de euros, marcó un hito en una disputa legal que se extendió por años.
O’Grady acusa al gobierno cubano de operar como una mafia totalitaria, desconectada de toda noción de legalidad o respeto a la propiedad privada.
El artículo refleja el panorama sombrío de una isla asfixiada por su propio sistema, cuestiona el mito romántico de la revolución cubana, y advierte sobre los peligros de seguir financiando a un régimen fallido. O’Grady opina que, salvo que aparezca otro mecenas ideológico dispuesto a perder dinero por razones políticas, el tiempo del castrismo está llegando a su fin.
"Cuba aún recibe remesas y pagos en divisas de gobiernos que participan en la trata de personas de médicos y enfermeras. Pero no es suficiente. Agotar las empresas extranjeras tampoco lo será. Si la dictadura aspira a sobrevivir, necesita un nuevo adulador ideológico dispuesto a gastar dinero", concluye.
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