Nicolás Maduro fue repudiado el martes por una multitud enardecida que arrojó piedras, papeles y todo lo que tenía a mano al paso de su caravana durante un acto en Ciudad Guayana, estado Bolívar, al sur del país.
Era el primer acto público del mandatario, luego de su regreso de Cuba y su primera comparecencia ante el pueblo, posterior a los violentos actos de represión de las fuerzas armadas, que han costado la vida a dos jóvenes.
El acto conmemorativo de los 200 años de la batalla de San Félix fue televisado por cadena nacional.
En el evento Maduro, quien estuvo acompañado por el gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez, develó la estatua de Manuel Carlos Piar, protagonista de la Batalla de Chirica. Luego, desde la tarima, presenció el desfile militar.
A la salida, la rabia de Venezuela le estalló en la cara. Literalmente, contra él llovieron objetos que muchos identificaron como huevos podridos, papeles, botellas, piedras y hasta cáscaras de plátano.
De nada sirvieron los anillos de seguridad, conformados muchos de ellos por cubanos, enviados para protegerlo.
Los guardaespaldas se abalanzaron sobre él para protegerlo y la transmisión de radio y televisión fue abruptamente interumpida.
La multitud que lo abucheaba, también gritaba "Y va a caer... y va a caer... este gobierno va a caer”.
La Guardia Nacional Bolivariana detuvo a cinco jóvenes: Jesús Enrique Manrique Valdez, Christian Rafael Villamizar Echeverría y Brayan José Ramírez Fuentes de 18, 19 y 20 años. También a dos menores de edad: uno de 15 y otro de 17.
La versión oficial detalla que el acto finalizó a “las 18:40 horas, con la novedad que al momento de retirarse, sujetos desconocidos comenzaron a lanzar objetos contundentes en contra del vehículo en el cual se desplazaba el ciudadano Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela”.
Los familiares de los detenidos se suman a los cientos que hoy esperan por la liberación de los suyos, detenidos muchos desde que se iniciaron las protestas en febrero de 2014.
Ciudad Guayana, de acuerdo con el último informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, es la urbe más Violenta del Mundo y además está seriamente afectada por la falta de comida y agua.