Las sentencias de entre siete y cinco años de prisión en contra de cinco manifestantes del 11 de julio en Colón, Matanzas, se mantuvieron intactas luego de que el Tribunal Municipal de la localidad rechazara una apelación el miércoles.
Se trata de los opositores Francisco Rangel Manzano y Leylandis Puentes Vargas, miembros del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel y la Dama de Blanco y esposa de Leylandis, Tania Echeverría, todos condenados a seis años de privación de libertad por los presuntos delitos de desórdenes públicos y desacato, así como otros dos residentes del poblado, Raúl Santana López, condenado a siete años de prisión, y César Adrián Delgado Correa, a cinco años de cárcel, ambos por el delito de atentado.
“No sé cuando me lleven, sí vendrán hoy a buscarme, o me mandarán un papel para que me presente en la policía para llevarme a la prisión. Debe ser para el centro penitenciario de mujeres La Belloté, que es la que hay aquí, en Matanzas, que es donde esta Sissi Abascal. Estoy en espera y ya preparada", dijo Echeverría a Radio Martí.
La Dama de Blanco, que se encontraba en detención domiciliaria, lamenta que ahora irá a prisión, al igual que su esposo.
"Imagínate tú, mi esposo preso y yo ahora presa también. Yo no tengo idea de como voy a acotejar el asunto, porque yo tengo quien se ocupe de mí que es mi hermana, pero mi esposo no tiene quien se ocupe de él, y eso es muy doloroso para mí”, explicó.
Sobre el juicio de apelación, la activista dijo que fue un proceso cargado de mentiras, en el que todo estaba preparado.
“Un atajo de mentiras fue lo que hubo allí, los policías no sabían ni que cosa iban a decir, se contradecían. El que más nos echó fue el oficial de la Seguridad del Estado Orlando Figueroa”, denunció.
Por su parte, Regla Burunate, esposa de Francisco Rangel Manzano, calificó de farsa todo el juicio, así como la parcialización del tribunal en favor de la Fiscalía.
“Había un cordón de policías en la cuadra del tribunal. Atravesaron dos carros patrullas, uno en cada esquina, y cerraron la calle. Todo el juicio fue un teatro, una mentira. Entre los policías que llevó la Fiscalía como testigos, a uno de ellos la presidenta del tribunal le dijo que era la quinta vez que daba una respuesta diferente de la acusación que inicialmente había hecho el oficial", detalló Burunate.
"La defensa de Francisco llevó cuatro testigos del barrio, todos hablaron maravillas de Pancho, pero a los jueces del tribunal no les importó esos testimonios de los vecinos. De alguna forma el mundo tiene que enterarse de todas las injusticias que se cometen aquí en Cuba”, concluyó la esposa de Rangel Manzano.
