El joven Rowland Jesús Castillo Castro, de 17 años, se encuentra detenido desde el día 16 de julio por participar en las protestas populares en La Habana. Su madre, Yulinela Caridad Castro Pérez, relató a Radio Martí la situación en que se encuentra este menor de edad.
“Él participó (en la manifestación) en 10 de Octubre, fue para la casa y, el viernes día 16, él fue a la casa de un amiguito, que era el cumpleaños y, saliendo de ahí junto con otro más, una patrulla casi que me lo mata, el policía le tiró la patrulla arriba, como si fuera un asesinato, no sé”, dijo la mujer.
Al ser arrestado en plena calle durante un aparatoso operativo policial, Rowland fue llevado a la Unidad Policial de Aguilera, en el municipio 10 de Octubre, y sus gritos se escuchaban desde afuera de la estación, aseguró su madre.
“Empezó a gritar en la Unidad que favor, que le dolía la muela y un policía le dijo: ‘si tú fuiste capaz de hacer lo que tú hiciste, tienes que tener valor para aguantar un dolor’ y él le dijo: ‘No sean inhumanos, somos personas’", contó la señora.
“Yo estaba en la parte de afuera, él estaba ya metido en los calabozos y yo sentía la bulla de mi hijo y uno (guardia) le dice al otro: ‘Golpéalo, ya, dale con el bastón’. Estuve dos días con dos noches durmiendo ahí afuera, en la Unidad, en la calle”, expresó Yulinela Castro.
“Me mantuvieron todo el tiempo de que él estaba ahí, decían: ‘El niño está bien’ y resulta ser que salen unos muchachos del calabozo y me acerco a ellos y les digo: ‘Ay, mi vida, ¿ustedes me pueden decir si ustedes vieron a mi niño ahí?’, ¿Se llama Rowland?, dígoles: ‘Sí’ y me dicen: ‘No, madre, a él le dieron golpes, lo esposaron y se lo llevaron para 100 y Aldabó’.
Precisamente en 100 y Aldabó, ubicado en Boyeros, permanece Rowland en prisión preventiva, acusado de los delitos de Atentado, Desorden Público y Daños.
“Yo lo pude ver el viernes. Él lo único que me dijo fue: ‘Mamá, cuídate mucho, yo te quiero’, me dijo: ‘Mamá, aquí no me han cambiado ni el uniforme, ni la ropa de cama, ni la toalla, cogí sarna”, agregó.
A pesar de su corta edad, Rowland ya es padre de un niño de 1 año y 4 meses, abandonado por su madre y que vive junto a él y a Yulinela, quien es paciente de cáncer. Los tres habitan en un consultorio médico en Arroyo Naranjo, en el que irrumpieron por no tener vivienda.
“Mi hijo es un héroe”, subrayó Yulinela, “mi hijo no llevó uniforme alguno para luchar por una Cuba mejor”.