El pasado 18 de junio murió en Estados Unidos Serguei Nikitich Jruschov, de un tiro en la cabeza, en Cranston, Rhode Island. Serguei era uno de los seis hijos del ex líder y premier soviético Nikita S. Jruschov.
Tenía al fallecer 84 años de edad.
Serguei Jruschov se graduó de ingeniero en 1958, en el Instituto de Energía de Moscú, y de inmediato fue admitido en uno de los buros de construcción de misiles soviéticos y proyectos sobre naves espaciales. Con su padre en el poder recibió la medalla de Héroe del Trabajo Socialista Orden Lenin, y los premios Lenin y del Consejo de Ministros.
Después que a Nikita Jruschov lo sacaron del poder, en octubre de 1964, Serguei fue enviado a laborar al Instituto de Automatización Electrónica de Moscú.
Ya con la perestroika finalizando, en 1991, fue invitado a dar un ciclo de conferencias en el Instituto Watson de Asuntos Políticos e Internacionales de la Universidad Brown sobre la Guerra Fría, un período del que era protagonista y estudioso.
Con el fin de la Unión Soviética, pidió la residencia estadounidense con el aval de Richard Nixon, George H.W. Bush y Robert McNamara. En 1999, tras aprobar el examen, adquirió la ciudadanía americana.
Fue un crítico del período estalinista y solía referirse a Stalin como Mudakashvili (Imbecilishvili), haciendo un juego de palabras con imbécil y la terminación de los apellidos georgianos.
Su relación con Castro y la visa denegada para viajar a La Habana
Serguei N. Jruschev también fue crítico del comportamiento de Fidel Castro durante la Crisis de los Misiles en octubre de 1962.
En su libro, publicado en el 2003, Nacimiento de la superpotencia. Libro sobre mi padre relata la falta de confianza de su progenitor hacia el gobernante cubano.
Expuso en esas páginas la falsa percepción de Fidel Castro sobre la paridad o superioridad nuclear de Moscú sobre Estados Unidos, diciendo que el gobernante cubano desconocía la realidad: “La correlación de fuerzas en el arsenal nuclear de 8 a 1, y no a nuestro favor, Castro ni se lo imaginaba. Inclusive, él nunca había visto una explosión de la bomba atómica, ni siquiera se imaginaba concretamente de lo que se hablaba, no veía las consecuencias tanto para los vencidos como para los vencedores”.
Describe el hijo de Nikita Jruschov la frivolidad del gobernante cubano a la hora de pedir un ataque nuclear a los Estados Unidos:
"A Castro le parecía que si la Unión Soviética lanzaba el primer golpe el imperialismo desaparecía, veía el final del altivo vecino norteño y de todos los explotadores, que había sojuzgado durante decenios a sus hermanos latinoamericanos. Como si se iniciara entonces una era de libertad, florecimiento y bienestar (Pág. 561); y continua - La propuesta de Castro para realizar un ataque preventivo contra los Estados Unidos asombró a mi padre. Solamente en ese momento él comprendió cuán diferente veían el mundo, apreciaban la vida y el destino de las personas (Pág. 565)".
Los comentarios y juicios sobre la historia de las relaciones de Cuba y la URSS expresados por el hijo de Jruschov nunca fueron bien vistos en La Habana.
Según declaró el propio Serguei al diario ruso Izvestia en el 2003, cuando unos meses antes, en octubre del 2002, en La Habana se realizó la conferencia por el 40 aniversario de la Crisis de los Misiles, las autoridades cubanas le negaron la visa para entrar a la isla.
“De toda la delegación estadounidense que viajó a La Habana para la conferencia sobre la crisis del Caribe, Fidel Castro, en un tiempo amigo de mi padre, al único que no le otorgó visa fue a mí”, declaró Serguei al diario moscovita.
La delegación de Estados Unidos la componían el ex secretario de defensa Robert McNamara, además de Theodore Sorensen, consejero de John F. Kennedy; los ex ayudantes de JFK, el historiador Arthur Sclesinger Jr. y Richard Goodwin; el general de la Fuerza Aérea William Y. Smith, el ex analista de la CIA Dino Brugioni, así como Raymond L. Garthoff, William B. Ecker, James G. Blight, John Peterson, Thomas S. Blanton y Peter Kornbluch, ambos del Archivo de Seguridad Nacional.