El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su primer discurso ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas mencionó a los manifestantes y activistas en países como Cuba y Venezuela diciendo que mantienen viva la democracia.
“El autoritarismo del mundo puede buscar proclamar el fin de la era de la democracia, pero la propia verdad es que el mundo democrático está en todas partes. Vive en el activista anticorrupción, en los defensores de los derechos humanos, los periodistas, los manifestantes por la paz en la primera línea de la lucha en Bielorrusia, Birmania, Siria, Cuba, Venezuela y en todas partes”, expresó el mandatario norteamericano.
Esa fue la única referencia de Biden a Latinoamérica y el Caribe durante su primer discurso ante la ONU.
Añadió que si bien ninguna democracia es perfecta, incluyendo a Estados Unidos, su país seguirá luchando para estar a la altura de los más altos ideales para sanar las divisiones y que Estados Unidos competirá vigorosamente, económicamente y para impulsar los sistemas democráticos y el estado de derecho.
"Defenderemos a nuestros aliados y amigos y nos opondremos a los intentos de los países más fuertes de dominar a los más débiles, ya sea mediante cambios en el territorio por la fuerza, coerción económica, explotación técnica o desinformación, pero no estamos buscando –repito-, no buscamos una nueva Guerra Fría o un mundo dividido en bloques rígidos”, señaló.
El presidente Biden declaró que el mundo se encuentra en un "punto de inflexión en la historia" y debe moverse rápida y cooperativamente para abordar los problemas de la pandemia de COVID-19, el cambio climático y el abuso de los derechos humanos.
Biden dijo que esta es una "década decisiva para el mundo" que determinará el futuro de la comunidad global.
El presidente defendió la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán argumentando que era un paso necesario para cambiar la política estadounidense y centrarse en el reto de los sistemas antidemocráticos, la pandemia del COVID-19 y el clima, añadiendo que Estados Unidos comenzaba lo que él calificó de una nueva era de diplomacia implacable.
Biden prometió defender los intereses nacionales vitales de Estados Unidos, pero dijo que "la misión debe ser clara y alcanzable" y que el ejército estadounidense "no debe utilizarse como la respuesta a todos los problemas que vemos en el mundo".
Además, hizo un llamado a los delegados de la Asamblea General para que tomen medidas sobre el cambio climático diciendo que la situación está en un "código rojo para la humanidad" y que el mundo se está "acercando rápidamente a un punto sin retorno" con respecto a los eventos climáticos extremos.
También llamó a que cada nación traiga sus más altas ambiciones posibles" a la próxima conferencia climática global en Glasgow, Escocia, a celebrarse la primera semana de noviembre.