Oficiales de la Seguridad del Estado visitaron esta semana al preso político Maikel Herrera Bones, paciente de VIH-SIDA, para informarle que podrían tramitar la atención médica especializada que requiere si deja de formular denuncias desde la prisión donde se encuentra.
El miércoles, Herrera Bones, cuya salud se ha deteriorado en los últimos meses en la cárcel para enfermos de VIH-Sida de Güines, provincia de Mayabeque, le comunicó vía telefónica lo ocurrido al opositor Zaqueo Báez Guerrero, coordinador de la Unión Patriótica de Cuba en La Habana
"Ellos [se refiere a los oficiales] llevaban la marcada intención de chantajearlo,ya que le dijeron que si deja de sacar denuncias le permitirán el acceso a un tratamiento especializado", dijo Báez a Radio Televisión Martí.
El opositor alertó que el deterioro de la salud del activista es cada vez mayor y necesita urgentemente atención médica en centros especializados, donde existan condiciones y recursos para tratar la enfermedad.
Asegura que el preso político no cedió ante la propuesta de que parara de hacer las. Calificó de "método de tortura" lo que están haciendo contra él encarcelado para que desista de su postura opositora.
El pasado 16 de abril, en plena restricción en el país por el avance de la pandemia, Herrera Bones fue detenido tras discutir con un agente policial que, vestido de civil y sin identificarse, intervino para tratar de detener una protesta que él realizaba por la falta de servicio eléctrico en su vecindario en La Habana.
Lo acusaron de atentado agravado y fue trasladado a prisión hasta que se le realice el juicio.
Desde entonces ha denunciado constantemente los atropellos en el centro penitenciario donde lo mantienen confinado.
En agosto pasado, Herrera Bones realizó una huelga de hambre reclamando atención médica especializada que depuso días después porque estaba muy débil y su vida corría peligro.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)