La Unión Europea mantendrá la “aplicación provisional” del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con La Habana (ADPC), a pesar del rechazo de Lituania, y apoyará que los dictadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua asistan a la próxima Cumbre con América Latina y el Caribe.
En una sesión con periodistas, sin cámaras ni micrófonos, en la que participó Radio Televisión Martí, fuentes diplomáticas dijeron en Bruselas que la situación continuará como hasta ahora, a menos que Lituania dé marcha atrás en su decisión.
En junio de 2021, el Parlamento lituano consideró, de manera unánime, que no era “políticamente conveniente” ratificar el ADPC porque no se podía “alentar al gobierno de Cuba a que siga por el mismo camino (...), continúe con su peligrosa estrategia regional y refuerce la opresión del pueblo cubano”.
El artículo 25 de la Convención de Viena plantea que, si un Estado comunica el deseo de no ratificar un acuerdo, éste deja de estar vigente de inmediato, según los expertos. Sobre esa base, se esperaba la posible derogación del ADPC.
El Servicio Europeo de Acción Exterior considera que el Acuerdo “es una herramienta para poner sobre la mesa las preocupaciones sobre los derechos humanos en Cuba”, pero evita responder si La Habana cumple con el pacto.
Democracias y dictaduras: “cumbre inclusiva”
En cuanto a la Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebrará en julio en la capital comunitaria, el planteamiento es “llevarla a cabo de manera inclusiva”.
Esto significa, según las fuentes, que “se están cursando invitaciones a todos los países de la región”, incluidos Cuba, Venezuela y Nicaragua.
La UE no prevé excluir a nadie, y ve con buenos ojos que Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega asistan al encuentro, “para hablar de los temas que más preocupan, y buscar una solución”.
Según el bloque, la decisión no es diferente en otras regiones del mundo, donde se relaciona con países plenamente democráticos, otros menos y, en algunos casos, totalmente lo contrario.
Bruselas no esconde sus discrepancias con lo sucedido en la Cumbre de las Américas (Los Ángeles, 2022), cuando EEUU no invitó a las dictaduras de la región. En opinión de la diplomacia europea, el evento “condujo a tensiones políticas y a un resultado bastante incompleto, por no decir infructuoso”.
Nicaragua, el país que más preocupa a Europa
La decisión de las autoridades europeas es ser “críticas, pero constructivas”. Incluso con Nicaragua, país con el que dicen tener “las discrepancias más profundas” en la región, sorprendentemente por encima de Cuba, el más antiguo régimen de las Américas.
En cuanto a Venezuela, las fuentes consultadas reiteraron su disposición “a eliminar algunas sanciones, si hay un progreso significativo hacia la democracia”.
Europa plantea la idea de “ser pragmáticos sobre Venezuela”, anuncia “compromisos difíciles” y saluda la implicación del presidente de Colombia, Gustavo Petro, en una posible “solución regional” de la crisis. La esperanza de Bruselas es “celebrar a elecciones democráticas, libres y justas en 2024” en Venezuela.
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